El Ib-Salut ha hecho público el denominado
“Proyecto 2020”, un plan que tiene, entre otros, los objetivos de analizar la situación de la sanidad balear, su posicionamiento actual y los principales aspectos de mejora y cambio de la misma, porque, y a tenor de los datos que contiene el documento,
la situación actual es “muy delicada y comprometida”.
El plan se configura como un borrador, con el fin de que tanto los agentes sociales, profesionales, como las organizaciones políticas y sindicales, puedan realizar todas aquellas sugerencias que estimen oportunas, con el objetivo de que el proyecto “pueda llegar a ser un proyecto compartido por la sociedad balear”.
En Baleares, tal y como se expone en el documento,
el gasto sanitario público ha evolucionado de forma variable en los últimos años. En el periodo 2004-2007 el gasto sanitario público experimentó crecimientos en torno al 10%, reduciéndose el incremento a partir del 2007 hasta 2010, año en el que el crecimiento fue prácticamente nulo. En 2011, las previsiones son de crecimiento negativo, concretamente se espera una reducción del gasto sanitario público del 1,7% aproximadamente.
Paralelamente, se destaca que
la población flotante tiene un especial impacto en el consumo de servicios sanitarios en varias vertientes, incluyendo tanto a turistas como a
la población inmigrante residente en Baleares.
Y es que ésta es “la comunidad autónoma
con mayor porcentaje de inmigrantes, que representan a 1 de Enero de 2011 en torno al 22% de la población (242.578). Además de ello, son el destino turístico más importante de España, hecho que afecta al sector sanitario, ya que implica una población flotante que requiere de atención sanitaria. El turismo es una actividad sometida a variaciones interanuales, difícilmente predecibles, que
provocan incertidumbre en torno a las previsiones de consumo de recursos sanitarios. De hecho, la presión de la población flotante en Baleares se multiplica por 8 en los meses de máxima ocupación”.
Por otro lado, uno de los principales problemas derivados de la crisis en España ha sido
el incremento de la deuda, que en el caso concreto de las Islas, se situó en segundo trimestre de 2011 en
4.561 millones de euros, lo que representa el 16,9% del PIB y que supone un nuevo récord histórico para las islas. “Este nivel de deuda posiciona a Baleares como una de las comunidades en donde la deuda en porcentaje del PIB presenta un mayor porcentaje, siendo superada únicamente por la Comunidad Valenciana, Cataluña y Castilla La Mancha”.
Paralelamente, “si a la deuda sanitaria de las Islas,
se añaden las pérdidas acumuladas de los entes dependientes del Ib-Salut como son las Fundaciones Hospital de Manacor, Son Llátzer e Inca, así como la empresa pública GESMA, el importe de la deuda asciende a más de 518 millones de euros. En este sentido, si no se produce una modificación por parte del Govern, la deuda acumulada al cierre del ejercicio 2011 ascenderá a cerca de 654 millones de euros”.
PROVEEDORES
Las dificultades que se están encontrando, tanto las Islas como el resto de comunidades autónomas, para financiar la actividad sanitaria, “se están trasladando a los proveedores privados, un ámbito en el que cada vez más las empresas están sufriendo los retrasos en los pagos y que puede hacer peligrar la viabilidad de algunas compañías. En el caso de Baleares, el periodo medio de cobro de los proveedores es de aproximadamente
500 días, con escasa diferencia en los periodos medios de pago a los agentes farmacéuticos y al resto de proveedores”.
En consecuencia, el Servicio de Salud se encuentra “en una situación delicada y comprometida para la gestión de la sanidad pública, por lo que es necesario poner en marcha un plan que consiga reducir los gastos y mejore la eficiencia del sistema sanitario, garantizando las prestaciones y su calidad”.
En relación al presupuesto destinado a sanidad por persona protegida, Baleares cuenta “con
el presupuesto más bajo de todas las comunidades autónomas con un total de 1.036 euros per cápita en el año 2011, lo que supone un descenso del 0,9% respecto a 2010”.
En este sentido, tal y como se recoge en el documento, “el Ib-Salut heredó en el año 2002 una organización sanitaria con el
mayor déficit estructural y financiero, con un diferencial de 100 euros per cápita, respecto al presupuesto medio del Estado (según datos del año 2000). Después de nueve años, esta cifra ha aumentado significativamente hasta superar los 200 euros per cápita”
MEDIDAS
Ante esta situación, es necesaria la puesta en marcha de medidas y acciones que contribuyan a mejorar la eficiencia, medidas que se han estructurado en tres grandes grupos:
Medidas de contención del gasto: un ejemplo de ello es la reducción de directivos en centros y servicios centrales, la eliminación de las peonadas y la paralización de cualquier proyecto de obra.
Medidas de organización: entre las que destacan la unificación de Secretaria General, Gestión y contratación o la creación de una dirección de Infraestructuras y tecnología.
Medidas corporativas prioritarias: se han llevado a cabo actividades tales como la revisión de la situación jurídica de los contratos con la concesionaria de Son Espases y la revisión del proyecto del Hospital de Ibiza.
Por otra parte y en lo que respecta a
los hospitales comarcales, el documento señala que se
redefinirá la cartera de servicios en Inca y Manacor, adecuándolos a la de un hospital de estas características, si bien, “y a pesar de esta adecuación, se establecerán acuerdos para que los profesionales de los hospitales comarcales acudan a operar a sus pacientes a los hospitales de referencia de las Islas Baleares con el fin de mantener sus capacidades al más alto nivel”.
Proyecto Ib-Salut 2020