Miércoles 02 de noviembre de 2011
En 2012 el Govern va a cancelar muchas deudas con la banca. Pero no hay riesgo de que decaiga la relación de amistad y cariño; la vamos a mantener e, incluso, estrechar. Si bien les vamos a devolver 567 millones del dinero que les debíamos, lo vamos a hacer con lo que ellos mismos nos den, porque les vamos a pedir otros 920 millones de euros. O sea, pedimos créditos en una ventanilla para devolverlos en la otra. Así, la deuda viva de Baleares va a crecer en 350 millones de euros, no precisamente la mejor manera de sanear la economía pública, pero sí mucho mejor que lo que ocurrió en los últimos seis años, cuando la deuda crecía al doble de velocidad, a 700 millones anuales, en cifras redondas.
Esto es, pues, lo que hay: la conselleria a la que se va la mayor parte del gasto se llama “intereses bancarios” (no confundir los 200 millones de intereses con los 567 de devolución de principal, que mencionaba más arriba).
¿Hace bien el Govern? En realidad está tomando la decisión más fácil posible, dentro de los márgenes impuestos. Congelar el aumento de deuda neta en este año -o sea eliminar el déficit, gastar lo mismo que se ingresa- habría significado otros 350 millones de recortes, algo extremadamente impopular. Aún más que lo que se hará. Esta fórmula, en cambio, cabe en el margen de déficit que permite Madrid, algo más del 1 por ciento del PIB regional, y se logra gracias a la práctica supresión de las inversiones y a un recorte del 6 por ciento en personal.
Otro paso más hacia lo desconocido. Políticamente todo correcto, dentro de los escenarios pactados, cosa que es un logro en comparación a lo que teníamos. Pero seguimos acercándonos al precipicio, ahora sólo a la mitad de velocidad. Habría que recordar que el año que viene deberíamos apretarnos el cinturón otros dos agujeros. Y otro tanto dentro de tres años, y todo eso sólo para dejar de aumentar la deuda. Y algún día habría que empezar a rebajarla, algo que hoy suena muy lejano.
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