Lunes 11 de julio de 2011
La izquierda no perdona. Esta legislatura va a ser probablemente la que más pueblen las calles. A tal conclusión se llega tras ver que no han concedido a
Bauzá ni los 100 días de gracia de cualquier gobierno. Y el motivo no ha sido una decisión que afecte a los ciudadanos de lleno, como sería una
ola de recortes. Cierto es que Bauzá no ha estado muy fino con la subida de sueldo de su gabinete. Pero al fin y al cabo,
la cantidad es irrisoria. Lo que ha dolido es el gesto. Y la verdad es que no ha sido oportunista. Pero tampoco ha sido proporcional de la reacción de convocar una manifestación solo por esta medida. Un
periódico balear publicaba la semana pasada el intento de
Armengol de colar una paga extra de 50.000 euros a sus altos cargos. Entre casi el millar de asistentes a la manifestación del domingo no se oyó ninguna consigna sobre el asunto. El doble rasero es evidente. Las manifestaciones anti-PP han arrancado el 10 de julio, ni un mes tras la toma de posesión de Bauzá. Lo particular de esta ocasión es que ahora a cualquier manifestación se la identifica con los indignados.
El movimiento tiende a politizarse, y su simpática aura será usada para aporrear a quienes los ciudadanos han elegido masivamente para gobernar.
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