BEATRIZ VILAS.- Algunos de mis clientes, entre sesión y sesión, suelen escribirme e-mails contándome lo que sienten y lo que viven y hoy he recibido un mail de un gran cliente mío con el que llevo trabajando 5 meses y entre otras cosas me ponía: “Querida Beatriz, siento comunicarte que hoy quiero hablarte de la relación con mi esposa y no de mi empresa, ya que sinceramente es lo que más me importa en este momento”.
INGREDIENTES: Inteligencia Emocional, Control de mi vida, confianza en mi mismo, control del apego emocional.
ELABORACIÓN: Mi cliente es un empresario de prestigio y aunque casi siempre realizamos Coaching ejecutivo, en las últimas sesiones me planteó un problema que le había surgido con su esposa.
El lleva casado 20 años y un día sin más ni más su mujer se le plantó delante y le dijo “ya no estoy enamorada de tí y sinceramente cariño, me aburro contigo, no se donde te perdí, o donde lo hice yo, pero lo que si se es que ya no me motiva nada seguir contigo”.
Y mi cliente se quedó helado porque como él mismo me explico: “yo no sabía nada de esto y pensaba que éramos un matrimonio modélico, con 2 preciosas hijas, sin problemas económicos, con dos buenos trabajos…, ¿qué nos ha pasado, cómo no me di cuenta de nada?”.
Y queridos amigos, este caso es más normal de lo que podemos imaginar.
Son muchas las personas, y muchos más hombres, que llegan al final de sus relaciones sin casi enterarse de que esto ha ocurrido. Generalmente las mujeres tenemos un sexto sentido, llamémosle intuición, que nos hace saber cuando algo no funciona, pero independientemente del sexo que tengamos, esto ocurre mucho más de lo que nos gustaría. ¿Y cual es el problema?. En mi opinión esto ocurre porque miramos con ojos de no ver en lugar de con ojos de ver. Me explico, cuando vamos por la vida sin observar, sin querer ver nuestra realidad nos ocurre que una mañana nos levantamos y nuestra vida se ha roto. Vivimos en relaciones unidas por los lazos de un apego negativo, sin autodependencia y buscando continuamente nuestra media naranja.
Pero, os hago una pregunta, ¿si yo soy media naranja y busco otra media, estáis seguros que formaremos una naranja?.
Cuando una persona no se siente bien consigo mismo y busca en su pareja un punto de apoyo en lugar de un caminante que le acompañe en el maravilloso viaje de la vida, cuando éste decide no seguir el mismo camino, se queda destrozado, sin ganas de seguir hacia adelante y entonces se da cuenta de que algo fallaba en su relación.
Es por ello que como primer paso para sacar a flote nuestras relaciones os invito a que vayáis por la vida con gafas y lentillas si hiciera falta, o mejor dicho con unos catalejos para que no os perdáis ningún instante de vuestro día a día, con el fin de vivirlo intensamente y poder cogerla con las manos.
¡¡¡No dejemos que nuestra vida se nos escape!!!
DIFICULTAD DE LA RECETA: MediaEnviadnos vuestros comentarios a info@beatrizvilas.es