Con una bola de cristal de discoteca sobre la pasarela, como si de una fiesta de Studio 54 se tratara, los diseñadores de The 2nd Skin Co han puesto el broche de oro a esta séptima edición, que termina hoy, la cual ha brillado en todo su esplendor con lujosos tejidos de seda, “tuile” y organza combinada con “lurex” de la firma.
Recién llegados de Milán, donde acaban de abrir un salón de exposición, que se suma al que tienen desde hace cinco años en París, su trayectoria no ha dejado de ser ascendente, y ahora tienen las miras puestas en Nueva York.
“Somos muy ambiciosos y exigentes”, señala Fernández, cuyos lujosos diseños se confeccionan íntegramente en España y luego visten a famosas españolas y del extranjero como Jennifer López o París Hilton.
“Esta colección nace de una fotografía de Slim Aarons de Palm Springs: se celebra una fiesta en casa de los Kaufmann y todo está a punto de comenzar”, explican poco antes del desfile ambos diseñadores a Efe Estilo sobre la evocadora imagen que ha sido germen de su colección.
“Los setenta se notan en la exageración de las siluetas”, señala Burillo, que junto con su compañero ha pertrechado una propuesta de siluetas maxis y minis, en la que ajustados pantalones cortos dialogan con vaporosas túnicas, y las minifaldas conviven con los vestidos de noche hasta el suelo.
La paleta de colores viaja por el atardecer del cielo de Los Ángeles, con tonos “nude”, rosa empolvado, verde agua, blanco y vibrante amarillo, a los que han impreso pinceladas de bordados en pedrería y cristal hechos en su taller.
Bañada de sensualidad, la fiesta que han brindado a la pasarela ha contado con vestidos con cierre Halter y espalda al aire, monos de pantalón con ancha pernera, minivestidos y “midis” cuajados de lentejuelas, así como una serie de sinuosas piezas en seda de estampado floral.
En dirección completamente opuesta, los diseñadores Aurelia Gil y Yono Taola han protagonizado el único desfile al alimón de la pasarela, con dos propuestas contrapuestas; si la diseñadora canaria ha optado por el glamur de las actrices de cine de los años 40, su compañero ha tomado como punto de partida la estética de los videojuegos.
Las postales de un viaje de Sevilla a Lisboa han inspirado los estampados de Gil, que participa en esta pasarela por tercera vez y que ha plasmado su eclosión floral en faldas de cintura ajustada, chaquetas sin mangas y grandes solapas.
“Es muy fresca, pictórica y femenina, con un punto rebelde -matiza-. Prendas para que la mujer vaya todo el día vestida cómoda y mona, sin tener que pasar por casa para salir”.
En dirección contraria, “Urban Figther” de Taola nace para “satisfacer las necesidades del juego urbano” de una gran ciudad. Neopreno, punto, algodones encerados, lana fría y “guipur” se fusionan en siluetas tomadas de los atuendos de luchadores de sumo y judo, y en la estética de las prendas japonesas como el “obi”.
Con una sintonía más clásica y con dos materiales tan poco veraniegos como la piel y la napa,Marcos Luengo, que abría la jornada esta mañana, ha optado por una mujer sofisticada, con gustos minimalistas, pintada de blanco, arena, calabaza y un toque de fucsia.
Una “sofisticación moderna”, como define el diseñador asturiano, que ha expresado en faldas pantalón, monos y una serie de vestidos de noche, rematados con cuentas y bordados en la falda, y cuerpos de napa con la espalda abierta.