La tecnología de hoy día ha logrado numerosos y notables progresos y gracias a ella, existen innumerables y perfeccionados instrumentos electrónicos que nos facilitan la realización de diversas tareas. Pero para algunos casos, esta moderna tecnología no ha podido superar la ayuda tan importante que el hombre ha tenido a su alcance desde hace millones de años. Nos referimos al mejor amigo y compañero leal: el perro.
No existe ninguna tecnología que logre superar la habilidad de un perro pero detectar drogas gracias a su poderoso olfato. Pero aún existe la creencia popular de que los perros detectores de drogas son adictos a ellas. Esta información es totalmente falsa y solo hay que pensar un poco para tenerlo claro…¿Si los perros detectores de drogas tienen que ser drogadictos para buscar narcóticos, significa que los perros detectores de explosivos han de ser explosionados de vez en cuando?
Si los perros detectores fueran adictos y consumidores de estupefacientes se tendrían que renovar perros cada mes, ya que el trastorno producido por las drogas en el campo cerebral es muy importante. Si hubiese un perro que consumiera cocaína en mínimas dosis, seguramente se manifestarían trastornos a nivel de los núcleos de la corteza, con la perdida de una capacidad importante del olfato, el cual posee neuronas de alta sensibilidad, con conexión directa al cerebro.
En los programa de perros detectores, se tiene en cuenta sobre todo el juego, la capacidad de cobro, la capacidad de búsqueda y el interés. El perro encuentra la droga a través de un entrenamiento especifico relacionado al juego y a la asociación de olores. Cuando el perro detector descubre el narcótico, no busca en realidad la droga en sí, lo que realmente está buscando es su juguete, relacionado con el olor del narcótico. Por ello el perro siempre recibe su premio, cuando detecta la droga.
La asociación de olores con el canabis es inofensivo; para que se produzca un efecto tóxico hay que fumarla. Y con las otras drogas se trabajan con sustancias químicas específicas, luego con el narcótico verdadero, pero tomando precauciones en el caso de la cocaína o la heroína para que el perro no tome contacto directo vía oral o nasal con el estupefaciente.
Para seleccionar perros buscadores de estupefacientes se necesitan animales sanos que acepten y terminen el entrenamiento correspondiente. Generalmente solo uno de cada cuarenta perros satisface los requisitos previos para el trabajo. Y aunque las razas más seleccionadas son las de cobro como el labrador o el braco; el pastor alemán y también muchos perros mestizos están muy capacitados. Los perros tienen que tener un buen temperamento y ser valientes, activos y moderadamente independientes. No deben ser agresivos hacia las personas pero si celosos de su espacio.
Todos los perros que trabajan como detectores de explosivos, narcóticos o búsqueda de personas en catástrofes, aprenden jugando y asociando el olor de su juguete favorito con lo que deben buscar. Y aunque para ellos es un trabajo divertido, la verdad es que el gasto de energía es considerable. Algunos de ellos, al cumplir los 6 o 7 años suelen jubilarse. Muchos se quedan en casa de su guía y compañero humano, mientras que otros son asignados a otros trabajos menos estresantes.