Si el calor aprieta, rendirse a la fruta es lo más aconsejable, ya que sus beneficios y los de la zumoterapia constituyen un atractivo alimento cuando las altas temperaturas invitan a nuestro organismo a hidratarse más.
La doctora Montse Folch es la autora del libro “Frutoterapia” (Paidós), en el que desvela sus beneficios para la salud, desmonta la creencia de que la fruta engorde e incluye una lista con las que más sacian, las mejores para reforzar la piel, el cabello y las uñas, las estimulantes del apetito y las más sedantes, como el albaricoque, el plátano, la naranja la manzana o el “litchi”.
“Estas últimas, mezcladas con avena en forma de muesli, ayudan a dormir y sirven para combatir el estrés y la ansiedad”, comenta la doctora.
La medicina naturista, a finales del siglo XIX, ya empezó a utilizar las frutas y verduras como medio para curar algunas enfermedades. “Cada fruta tiene unas propiedades únicas respecto a su contenido en nutrientes y su aporte en fibra o agua”, señala Folch.
Aunque las frutas son alimentos poco calóricos, advierte que aportan hidratos de carbono y azúcar, por lo que deben ser consumidas con moderación por personas diabéticas o con sobrepeso.
Para obtener su máximo beneficio recomienda consumirlas frescas, “con la piel bien limpia”. Recomienda los batidos sobre los zumos, ya que éstos pierden la fibra de la piel, pero, si se opta por ellos, deben tomarse recién hechos, ya que algunas vitaminas van perdiendo sus características antioxidantes al entrar en contacto con el aire.
La doctora da cinco razones para ingerir cinco raciones de fruta y verdura al día: ambas son alimentos apetitosos y de una gran variedad; son fuente de vitaminas y minerales, incluyendo ácido fólico, vitamina C y potasio, además de fibra, que ayuda a regular la digestión y el tránsito intestinal.
También reducen los riesgos de problemas cardiovasculares y otras patologías y, por último, contribuyen a mantener una dieta saludable, porque son alimentos que no tienen grasas saturadas ni aportan grandes cantidades de calorías.
En el libro se desmitifican muchas creencias, como que el melón es una fruta desaconsejable en las dietas de adelgazamiento, pues, como desvela Folch, se trata de una de “las frutas menos calóricas” y, si se trata de una fruta muy dulce, no es porque contenga mucho azúcar.
“Una manzana ácida tiene mucho más azúcar que el melón dulce”, comenta Folch. De la misma manera, niega que las frutas ayuden a adelgazar, como se dice de la piña por ser muy diurética o del pomelo en ayunas.
“El pomelo aporta muy pocas calorías, pero no ayuda a adelgazar. No hay ninguna fruta que tenga ese poder. Lo que sí es cierto es que su alto contenido en fibra le convierte en una fruta que sacia”, concluye. EFE