Martes 01 de septiembre de 2015
La presidenta del Govern, Francina Armengol, abre hoy la ronda de visitas de los presidentes autonómicos a Mariano Rajoy. Será su primer encuentro en la Moncloa y está por ver si será el último, a la espera de lo que digan los españoles en las urnas el próximo mes de noviembre.
Lo que sí sabemos es que Armengol ha viajado a Madrid con todas las cartas sobre la mesa: mejora del sistema de financiación, superar el límite de déficit y aparcar la LOMCE. Podemos predecir con facilidad que la presidenta volverá con la maleta vacía. Y hay varios motivos para llegar a tal aseveración.
Por una parte, la presidenta balear se va a encontrar a un Mariano Rajoy que aún estará embriagado por el perfume de Angela Merkel tras sus dos días de paseos por el lago, desayunos y reuniones con la canciller alemana. Rajoy ha vuelto de su visita a Merkel con su política económica basada en la contención del gasto muy pero que muy respaldada. Un Rajoy que se ha venido arriba con aquello de que España es la Alemania del Sur de Europa no cederá en nada de lo que le plantee la representante balear. Además, en la Moncloa no suele haber paseo para relajar los ánimos.
Por otro lado, el aspecto más preocupante por histórico y difícilmente próximo a una solución. Y es que Balears no pesa nada y nada pesará mientras no tenga algo de influencia numérica en el Congreso de los Diputados. Mientras los diputados baleares no sirvan para decantar una votación -o varias-, no pesaremos nada. No pintaremos nada. No tendremos ninguna influencia. Nos pasarán por encima sin escucharnos. como siempre.
Siempre nos quedará el "Madrid nos mata" que tan bien nos hemos aprendido gobiernen unos u otros aquí o allá.
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