EDITORIAL

Nepotismo en la conselleria de Salut

Martes 07 de julio de 2015
Poco ha tardado el Govern en verse salpicado por una agria polémica a cuenta del nombramiento de los altos cargos del Ejecutivo autonómico. La Consellera de Salut, Patricia Gómez, ha designado director del Ib-Salut a su propio esposo, Juli Fuster. El nombramiento fue aprobado en la primera reunión del Consell de Govern que preside Francina Armengol y como era de prever, la ha decidido que el mejor profesional para dirigir el Ib-Salut es su propio marido. El Consell de Govern del pasado viernes aprobó el nombramiento de Juli Fuster como responsable del Servei de Salut de les Illes Balears, con el consiguiente revuelo mediático.

Se aduce en defensa del nombramiento como alto cargo del marido de la consellera del ramo que Juli Fuster es un buenísimo profesional. Sin ánimo de refutar tal aseveración, se trata de una apreciación un tanto subjetiva. El dato objetivo, que no admite discusión, es que es pariente directo de la máxima responsable del departamento. Y convendría que a la hora de designar altos cargos de la Administración, cuyo sueldo pagan todos los ciudadanos, se orillasen los criterios subjetivos y estos no pasasen jamás por encima de los objetivos.

Conviene recordar que los dos partidos que hoy componen el Govern, PSIB y Més (entonces denominado PSM-IV-ExM), exigieron en el Parlament en mayo de 2012 la dimisión del conseller de Turismo y Deportes del Govern Bauzá, Carlos Delgado, cuando este nombró a su pareja sentimental y futura esposa, Lourdes Reynés, asesora de comunicación del gabinete de su Consellería. Al parecer los criterios han cambiado y lo hace tres años se censuraba exigiendo la cabeza del conseller, ahora no es censurable ni se observa motivo alguno de reproche.

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