Juan Carlos Enrique | Martes 30 de junio de 2015
Sonríen los querubines de los techos del Parlament balear cual pastorcillo de poema bucólico de Garcilaso. Entra el aire fresco y se huelen las más delicadas flores en la cámara autonómica. El pueblo llega a las instituciones para echar a los malévolos y corruptos políticos. ¡Fora lladres! ¡España nos roba! ¡La pesadilla ha terminado!
Poco importa que esta tan cacareada "nueva política" que ahora llega también al Govern de les Illes Balears y al Parlament venga liderada por una política de oficio y raza, que cumplirá dos décadas ocupando un escaño. La presidenta Francina Armengol no es una recién llegada. Aunque se empeñe en hacernos creer lo contrario y abra su discurso de investidura con la frase que titula este artículo. Qué más da. La nueva manera de hacer política puede digerirlo todo. Eso parece.
Salvado este nada nimio detalle, el seguimiento de las dos jornadas de investidura en el Parlament que he tenido oportunidad de hacer en primera persona, nos deja algo muy claro: cualquier tiempo futuro será mejor. Nada será comparable a los tiempos oscuros que se han vivido en esta última legislatura. En el Parlament los discursos de los líderes de los partidos que controlarán la política balear han sido despiadados con un Partido Popular que ha quedado dialécticamente arrinconado contra las cuerdas. Poco ha podido hacer su portavoz, Marga Prohens.
También ha quedado claro que el Tercer Tripartito es una orgía de tres, pero con uno de sus participantes entrando y saliendo de la fiesta a conveniencia. El discurso del líder de Podem, Alberto Jarabo, ha sido de oposición en algunos momentos y de socio de gobierno en otros. Pero siempre, implacable con el Partido Popular. Eso sin fisuras.
Otra cosa que ha quedado clara también en el debate de investidura de Armengol es lo bien que suena la música de este nuevo gobierno regional: Con ellos el paro se reducirá y los contratos serán mejores. Nos prometen que el turismo que llegará a Mallorca será de mayor calidad, gastará más y pagará más impuestos sin rechistar. Nos dicen que habrá una renta básica para todas las personas necesitadas, trabajen o no. Se acabarán los recortes en sanidad y educación. Se contratarán más profesores y más médicos. Se acabarán también los recortes para los funcionarios, se contratarán más funcionarios y se mejorarán sus condiciones. Y hasta más asesores habrá. Más de todo, es la guerra.
Todos contentos. Aumentar el gasto siempre hace amigos. Este gobierno parece decidido a hacer felices a todos a base de talonario. Sólo queda responder a una sencilla pregunta, no contestada en el Parlament estos días.
Y todo esto... ¿quién lo paga?
Porque si usted, mi querido lector, cree el discurso según el cual el advenimiento del Tercer Tripartito los problemas de financiación de Baleares han terminado, y que la Santísima Trinidad formada por Armengol, Barceló y el siempre vigilante Jarabo va a conseguir lo que no han conseguido todos y cada uno de los anteriores dirigentes de estas islas... se lo tendría que hacer mirar. No esperen milagros. No existen.
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