OPINIÓN

Ahora han de pactar

Emilio Arteaga | Lunes 25 de mayo de 2015
Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas han confirmado las tendencias apuntadas por las encuestas y han desaparecido casi todas las mayorías absolutas de los parlamentos autonómicos y de los ayuntamientos de las principales ciudades españolas.

El Partido Popular ha obtenido unos resultados muy malos, con la pérdida de casi dos millones y medio de votos, pero aun así ha continuado siendo el partido más votado, pero al no disponer de las mayorías absolutas de las que disfrutaba y debido a los resultados insuficientes de Ciutadans, la única fuerza política con la que podría llegar a pactos de gobernabilidad, hacen casi inevitable que pierda la mayoría de los gobiernos autonómicos y los de las ciudades grandes. Deberá meditar el PP las causas de esta pérdida masiva de votos. Aunque, sin duda, los recortes económicos y sociales impuestos por el gobierno central han tenido un gran impacto y una gran parte de las clases medias y populares, gravemente afectadas por ellos, no ha percibido ningún beneficio en la recuperación de la macroeconomía de los últimos meses, también haría bien el PP en hacer examen de conciencia de sus muchos casos de corrupción y de su inadecuado tratamiento y de los muchos conflictos sociales que ha creado gratuitamente, solo para satisfacer a su ala más extremista.

No había en España ningún conflicto con el aborto y ellos han creado uno absurdo, que ha acabado con una marcha atrás casi total y la dimisión del ministro. Tampoco había en Baleares ningún conflicto lingüístico y el president Bauzà se metió en el berenjenal del TIL, que ha acabado con dos consellers de educación y sin aplicarse. Quizás la actual dirección del PP debería considerar no seguir tomando iniciativas solo para contentar a la extrema derecha sociológica y que, en cambio, son rechazadas por la mayoría de los ciudadanos españoles, incluyendo sus propios votantes y militantes.

El PSOE también ha obtenido unos resultados muy malos. Hay que tener en cuenta que los que tuvo hace cuatro años fueron nefastos, perdiendo un millón y medio de votos respecto de 2007, y esta vez aun ha perdido más de medio millón más de votos respecto de 2011. Si la alegría por el descalabro del PP y la posibilidad de recuperar comunidades autónomas y grandes ciudades les nubla el entendimiento y no hacen la necesaria autocrítica, continuarán en su descenso imparable hacia la irrelevancia política, eso que algunos comentaristas están llamando pasokización, por analogía con la cuasi desaparición del partido socialista griego, el PASOK. Resulta llamativo que después de cuatro años de poder casi absoluto del PP y del desgaste que le ha supuesto, el principal partido de la oposición  no solo no ha capitalizado dicho desgaste, sino que también ha perdido apoyo electoral.

Pero no se trata solo del mal gobierno, de la crisis, de la corrupción y de la torpeza. Muchos ciudadanos consideran acabado el ciclo iniciado con la transición, así como llegada la hora de corregir las múltiples deficiencias y disfunciones heredadas de aquella época. Se necesita una nueva transición que solucione esas deficiencias y acabe con los vicios que se han derivado de las mismas. Entre otras medidas, hay que reformar el sistema electoral, limitando el poder de los partidos y concediendo mayor posibilidad de protagonismo y decisión a los ciudadanos. Hay que reformar el sistema judicial, modificando el sistema actual de designación de magistrados del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial, así como eliminar las tasas para los ciudadanos y pequeñas empresas, garantizando el acceso a la tutela judicial efectiva. Hay que reformar el sistema de financiación de las comunidades  autónomas así como la administración pública, eliminando duplicidades, empezando por todas las estructuras del estado central sobreras si las competencias están transferidas. Hay que imponer un sistema de incompatibilidades mucho más estricto para los altos cargos, eliminando las “puertas giratorias” que tan sospechosas resultan. Se debe llegar a un pacto de estado por la educación. No puede ser que en cada legislatura haya una modificación del sistema educativo. Y hay que respetar las competencias de las autonomías. Hay que garantizar la sanidad pública, la atención a la dependencia y el sistema público de pensiones.

Ha llegado la hora de pactar y consensuar los gobiernos. Los nuevos partidos han de tener un papel decisivo, pero también deben entender que no pueden caer en los mismos defectos que critican y que, por tanto, deben facilitar  la gobernabilidad, así como medir adecuadamente cual es la exacta dimensión del apoyo que han obtenido. No pueden pretender imponer sus criterios, cuando tienen un soporte ciudadano significativo pero minoritario.

En nuestra islas la composición de parlament, consells y ajuntaments obliga a pactos para gobernar en todas las instituciones autonómicas e insulares, así como en Palma y en muchos de los más importantes ayuntamientos. Es especialmente gratificante el magnífico resultado obtenido por las formaciones estrictamente baleares. De auténticamente fenomenal se puede calificar el conseguido por Més en Mallorca y en Menorca, que le convierte en pieza fundamental para el govern balear, el consell de Mallorca, el de Menorca, el gobierno municipal de Palma y otros municipios. También ha sido muy bueno el resultado del PI, Proposta per les Illes, que ha conseguido tres diputats al parlament balear, tres consellers al consell de Mallorca y muchos concejales y varios alcaldes. Desde esta base podrá en los próximos años continuar la reconstrucción de una opción política centrista moderada balear, que tan necesaria es y que tanto se ha echado en falta en esta última legislatura.

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