Lunes 25 de mayo de 2015
Los resultados de las elecciones autonómicas y municipales nos deparan un nuevo escenario político para nuestras instituciones que dista mucho del que hemos tenido en las últimas legislaturas. No se trata tan solo del vuelco electoral y del varapalo contundente que ha sufrido el Partido Popular de José Ramón Bauzá, sino, sobre todo, de la entrada de escena de nuevas formaciones políticas y la dispersión del voto con el que el bipartidismo se ha hecho añicos.
Se trata, que duda cabe, de un nuevo éxito de la democracia. El pueblo ha elegido, sabia y soberanamente, a sus representantes para los próximos cuatro años. Pero ahora llega la hora de la verdadera política, la que se escribe con mayúsculas, aquella en la que hay que saber tener cintura. Hasta la fecha hemos visto a todos los partidos, a los nuevos y a los de siempre, criticar al adversario, y poner condiciones irrenunciables para llegar a acuerdos, un ejercicio dialéctico que forma parte de la puesta en escena de una campaña electoral cualquiera. A partir de hoy se abre un nuevo capítulo. Es la hora de los pactos. Un intenso periodo en el que todos, absolutamente todos, deben de saber ceder por el bien de los ciudadanos a los que representan y buscar esos puntos de encuentro con sus adversarios políticos que permitan dotar a Balears de un periodo de estabilidad institucional. Es el momento de pensar en los ciudadanos y dejar de lado las estrategias en clave de partido o las decisiones tácticas de único interés particular. Balears necesitará pactos y los necesitará ya. Los ciudadanos no merecen sufrir un espectáculo lamentable de vanidades que eternicen la estabilidad que nuestras instituciones merecen. Andalucía es el claro ejemplo de lo que no debemos consentir en Balears.
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