Lunes 11 de mayo de 2015
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, quiere dar margen a las distintas federaciones socialistas para que, en caso necesario, cada cual pueda llegar a acuerdos puntuales según considere más oportuno. Se trata de estrategia de flexibilidad para propiciar acercamientos a otras formaciones políticas, aunque deberán ser cuidadosos porque a la postre puede ser percibido como mero oportunismo político. Pedro Sánchez además ha establecido las líneas rojas de la Ejecutiva federal del PSOE: no pactar con el PP ni con Bildu.
Los pactos postelectorales son materia de gran interés, aunque solo a partir de la culminación del recuento. Todo lo que se diga con antelación vale más bien poco porque la realidad política que surja de las urnas obligará a pactar y a hacer concesiones a todos, si como vaticinan las encuestas nadie logra la mayoría necesaria para gobernar en solitario. Los socialistas se dan plena libertad para llegar a pactos con quien haga falta, aunque está por ver si son capaces de que otras formaciones les otorguen su confianza. En Andalucía, 22 días después de las elecciones siguen con un Ejecutivo en funciones porque nadie quiere votar a favor o abstenerse en la investidura de Susana Díaz. Es posible que esto cambie a partir del 24M, porque ni Ciudadanos ni Podemos quieren comprometerse hasta que pasen los comicios.
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