Agustín Buades | Jueves 30 de abril de 2015
Hoy es el día de la madre. Un día en que los comerciantes te lo ponen fácil y complicado a la vez por la gran variedad de artículos y objetos que nuestras madres van coleccionando.
Pero el mejor regalo, el que no se vende ni se publicita y algunas veces el que más cuesta es este : GRACIAS.
Hay varias modalidades de dar gracias. Unas son las dadas directamente mirando a los ojos a aquella mujer que te dio la vida y que te lleva en su corazón estés donde estés y la edad y circunstancias que tengas. Otras son esas llamadas por teléfono en la que te preocupas por ella, o esa carta que le escribes desde lejos contándole lo que te pasa, ahora ya se hace por correo electrónico. Incluso hay una nueva modalidad, la del washap tan directo como impersonal. Ya lo decía la Madre Teresa de Calcuta: “No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor”
Sea como sea, hoy hay que darles las gracias. Pero junto a esas gracias hay que añadir otro regalo que es : perdón, ya que ellas no paran de perdonarnos. Y como decía Alejandro Dumas: “Las madres perdonan siempre: han venido al mundo para eso” o Honoré Balzac “El corazón de una madre es un abismo en el fondo del cual siempre encuentras un perdón”
Perdón por las veces que la hemos hecho sufrir, por las cosas que le hemos dicho o por el olvido en que la hemos tenido.
Hoy tenemos una nueva oportunidad, no la despreciemos. Y como dice un proverbio judío: “Dios no podía estar en todas partes y por ello creó a las madres”.
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