EDITORIAL

Reinventarse o morir

Domingo 12 de abril de 2015
Manuel Jiménez, presidente de la Asociación de comerciantes e industriales del Paseo Marítimo de Palma (ACOIPAM), en la entrevista concedida a este digital trajo una muy interesante reflexión al recordar cómo una zona privilegiada de Palma puede caer hasta las profundidades abisales de la degradación, el abandono y el olvido si no se actúa a tiempo. Su apelación a recordar lo sucedido en el antaño emblemático barrio de Gomila y su actual estado, algo que hubiera resultado del todo inimaginable hace solo 20 años y salvando las diferencias, es un toque de atención para que todos los agentes sociales implicados –Administraciones, comerciantes y vecinos– se pongan las pilas sin perder un minuto.

Jiménez reconoce que el Paseo Marítimo de la capital es una zona privilegiada y que sus posibilidades son muchas, aunque también lo son sus problemas cuya solución a menudo se atasca por la intervención en la zona de múltiples Administraciones que no son capaces de actuar coordinadamente y ponerse de acuerdo, además de por la desunión existente entre los empresarios de los bares de copas y discotecas, situación que tristemente ya se ha visto en otras zonas de ocio de Mallorca con el resultado que todos conocemos. La libre competencia no debería ser óbice para que todos los comerciantes se unieran a la hora de defender y proteger los intereses comunes. A no ser, como parece intuirse, que no haya ni intereses comunes ni preocupación alguna por el bien común y el futuro de la zona.

El Paseo Marítimo de Palma ya no es lo que era, como nos indica el resultado de la encuesta hecha pormallorcadiario.com donde el 80% de los participantes percibe la zona en plena decadencia y solo el 20% restante no cree que esté en apuros. El botellón y la crisis han hecho mucho daño, pero ya no vale de nada seguir lamentándose. Según el presidente de los comerciantes, Sa Llotja y Es Portixol han ido ganando la partida, pero no se puede olvidar que también estas barriadas han atravesado por dificultades enormes a la hora de compatibilizar los problemas de la actividad comercial con las demandas de los vecinos. Lo mismo ha sucedido en el eje cívico de la calle Fábrica y en Santa Catalina. No es fácil pero habrá que reinventarse para lograr revertir la actual situación de decadencia y transformar el Paseo Marítimo para atraer turistas y convertir una oferta para residentes de baja calidad en una oferta de mayor calidad y excelencia, capaz de competir dignamente y de garantizar un futuro mejor para esta zona de Palma.

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