Ferran Martínez | Lunes 09 de marzo de 2015
Después de una semana más, uno llega a estar tan entretenido que no sabe por donde empezar a comentar. No es nada nuevo. Ya saben ustedes, los que me leen y me ignoran a la vez, que esto me suele ocurrir siempre. Enfrentarme al papel en blanco, es una aventura arriesgada por que uno no sabe como comentar las cosas que ocurren o si hacerles caso a todas. Por ejemplo: si decirle a Esperanza que estaría mejor en la reserva inactiva y por contra, susurrarle a Cifuentes que vale la pena intentarlo, que está más entera que el aspirante, el del duplex de lujo, ahora desplomado hasta la planta baja del sistema. A los de podemos, vaticinarles que con suerte disponen de cuatro años de vacas gordas y poco más, pasadas las fiebres quedará el rescoldo de lo imposible. Lo de los amoríos entre PP y Psoe no me llegan ni me caben en la sesera, a pesar de que ambos se inscriban con P.
No es posible mezclar adecuadamente aceite con agua. Cada cual tiene que ser lo que es y luchar por lo que cree. Diferente sería, que en momentos tan delicados de la historia, ambas formaciones decidieran ser buenos vecinos y colaborar para salvar los trastos que nos quedan a la mayoría de esta sufrida y cautiva sociedad, que no sale a flote, ni con unos ni con otros.
Que con las cosas de comer no se juega. Mira tu por donde, los hay que siguen dando gato por liebre, mandando al traste el esfuerzo de unos restauradores que luchan para ofrecer lo mejor y superarse cada día. Me refiero a estas sabandijas de los fogones, sorprendidos in franganti por los inspectores, que, con el sobrenombre de la tapa merluza esa, cocinan bazofia culinaria.
Al parecer elegían los mejores detritus con destino a Son Reus, los reciclaban y ala, de nuevo a la mesa que son Reus puede esperar. Qué horror. Cuantas bazofias más pueden estar cocinando porque -incomprensiblemente- parece que les han permitió reabrir, para que continúen guisando sin más cortapisas ni contratiempos sus excelencias culinarias. Qué olorcito y que regusto me queda con todo esto. La verdad que se me mezclan los sabores, no sé como llamarlo, estoy despistado, no sé si la gamba es de Huelva o el langostino de Sóller. Que alguien levante la tapa por favor .! Ole la tapa!
Noticias relacionadas