Agustín Buades | Viernes 06 de marzo de 2015
Con motivo del Día Internacional de la mujer trabajadora que celebramos hoy quiero destacar el papel activo que ha desarrollado la mujer para sostener su hogar en tiempos de crisis.
La principal incorporación de la mujer ha venido por parte de las amas de casa, que han abandonado sus labores domésticas para buscar un empleo en el mercado laboral.
Las mujeres desean trabajos a tiempo completo. Sin embargo, las cifras evidencian otra realidad distinta a su voluntad: un 25% mujeres están ocupadas a tiempo parcial frente a un 3% de hombres, y cerca de un 85% estas mujeres tiene un contrato parcial porque no encuentra otro tipo de contrato, mientras que sólo 15% lo hacen porque no quieren trabajar a tiempo completo , según un estudio de la Fundación Adecco.
Los datos reflejan que la desigualdad sigue existiendo en el ámbito familiar y laboral. Ya que una de cada cuatro mujeres trabaja a tiempo parcial por el cuidado de hijos y otras obligaciones familiares, frente al 3% de los hombres que asegura que trabaja con jornada parcial por estos motivos
En torno al 80% de estas mujeres que se incorporan al mercado laboral son amas de casa que continúan saliendo de sus hogares para buscar un empleo, con el fin de aliviar la propia crisis de su economía doméstica.
En cuanto a excedencias por cuidados familiares en Baleares, 48 hombres la pidieron para el cuidado de los hijos y 94 fueron mujeres. Por excedencia por cuidados familiares la pidieron 797 mujeres y sólo 48 hombres.
El aumento de la tasa de dependencia derivado de la creciente esperanza de vida y la baja natalidad hace que la conciliación se esté convirtiendo no sólo en una exigencia de justicia, sino en una verdadera necesidad para los próximos años, en los que los trabajadores tendrán que soportar cada vez más el cuidado de sus mayores y enfermos, además de la maternidad y paternidad.
Se confirma que existe un desequilibrio considerable entre hombres y mujeres en lo que a la división de las tareas domésticas y al cuidado de niños se refiere. Son las mujeres las que principalmente optan por la reducción de jornada o por suspender temporalmente sus carreras profesionales, debido a las cargas familiares. Aunque estas medidas son en su mayoría el reflejo de las preferencias personales, tienen un gran impacto en el desarrollo profesional de las mujeres, en la diferencia salarial y en los derechos a pensiones.
La lucha por la conciliación sigue siendo "monopolio" de las mujeres. Incluso desde los Gobiernos, las políticas de conciliación tienen un "tono femenino" y tienden a olvidar que el derecho y la obligación de cuidar de los hijos y a las demás personas dependientes ha de compartirse entre ambos progenitores.
Propondría tres cuestiones que pueden beneficiar la conciliación trabajo-familia: el primero es plantear las relaciones trabajo-familia como una fuente de beneficio mutuo y no de conflicto, en segundo lugar hay que valorar el beneficio que se deja de percibir cuando no existen políticas empresariales flexibles y por último una adecuada reorientación del concepto y el valor del tiempo en el trabajo.
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