Viernes 06 de marzo de 2015
No pocos ingenuos dicen que para solucionar los peligros separatistas en la Nación Española, hay que dialogar. Los socialistas piensan que una reforma constitucional, de tipo federal, apaciguaría el problema. Obvio que dichos “parlamentos” son posibles, pero serían totalmente inútiles, nuestra reciente historia, nos ha demostrado que el apaciguamiento ante los separatistas no ha funcionado.
Los símbolos románticos de los viejos separatismos a lo largo del siglo XIX, degeneraron en proyectos que limitaron las libertades, e impidieron toda capacidad de compasión y empatía. En la conmemoración el pasado año del centenario de la Gran Guerra, recordamos cómo fueron los separatismos racistas y ascendentes, los causantes del desastre. El separatismo y sus ocurrencias en nuestro tiempo, se han trasformado en una nueva religión de odio, capaz de producir innumerables fanáticos, gentes soberbias como el President Mas y sus milicias pancatalanistas de MÉS en Baleares que desprecian a los demás, que no conocen la solidaridad, defienden desde unos imaginarios e indocumentados “derechos históricos”, su pretendido statu quo más favorable. Fue el Presidente Wilson de EE.UU. el que introdujo tras la guerra del 14 el derecho a la autodeterminación, hoy “derecho a decidir”, se le denominó “Doctrina Wilson”. Fue una flor envenenada, para debilitar la nueva configuración de Europa.
Los separatismos llenaron de sangre y de cadáveres los campos de Europa. Después de 1945 su desprestigio fue total. Los promotores de Unión Europea, concibieron su proyecto para enterrar para siempre la peste de los separatismos que habían enfrentado a unos pueblos contra otros. España vivió al margen de las dos grandes guerras europeas. Con la Transición, se enterró con menosprecio al nacionalismo español, por franquista, y cobardemente no se combatió en lo ideológico a los separatismos periféricos, el rojerio revanchista e incapaz los miraba todavía bajo el síndrome de su aureola antifranquista. Solo se luchó contra el fenómeno terrorista de ETA y TERRA LLIURE, pero no contra la ideología desde la que se iniciaban, adoctrinaban e inculcaban a los niños en los colegios. Con la educación transferida, y Baleares es un ejemplo, no les han contado más que fabulas y falsedades. Hoy vemos el resultado de la dejación por parte del Estado. Nos convencieron de que con aquellas competencias se calmarían, pero simplemente no fue así, cada vez hay más desafecto y odio hacia la Nación Española, y desde Cataluña ya no sólo plantean la secesión abiertamente, sino además la anexión de regiones como la Valenciana y Balear. Por el contrario en el PP y PSOE, sigue habiendo demasiado pasotismo, sin embargo en VOX, por citar al partido que pertenezco, lógica preocupación.
Fdo:
David Gil de Paz
Miembro de VOX-Baleares