bostezo
El presidente de honor de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM),
Manuel Díaz-Rubio, acaba de recopilar en un libro una serie de síntomas del organismo que pueden condicionar de forma leve o seriamente la vida cotidiana de quienes los padecen, incluyendo entre otros el bostezo, el ventoseo, el rubor, la meadilla del miedo, la sudoración, la tos nerviosa o el retortijón.
Con rigor, pero también de forma amena, la obra
'Síntomas que todos padecemos' cuenta de cada uno en qué consisten, cómo se desencadenan y cómo prevenirlos o limitarlos, pero también se contextualiza su presencia en el cine, el arte, el refranero, la canción, el poema, la historia o en anécdotas vividas por el propio autor. El bostezo, el ventoseo o la meadilla del miedo, unidos en un libro de síntomas comunes "que todos padecemos"
Por ejemplo, del bostezo reconoce que, aunque suele ser visto como signo de aburrimiento o desinterés manifiesto, no siempre ha sido así y cada cultura --los mayas, los romanos, etcétera-- le ha dado una interpretación distinta. En cambio, sí hay consenso científico sobre una cosa, que se trata de un fenómeno contagioso. "Y, como dice el refrán, anda el bostezo de boca en boca como la cabra de roca en roca", defiende el autor. Del ventoseo, por su parte, profundiza tanto en su composición (un 59% de nitrógeno, un 21% de hidrógeno, un 9% de dióxido de carbono, un 7% de metano, 4% de oxígeno y un 1% de sulfuro de hidrógeno, este último responsable de su mal olor) como en la velocidad de su expulsión, de tres metros por segundo. Y del retortijón cita unos versos de un soneto del escritor Ramón Llanes que describen las sensaciones que puede producir: "No puedo estar sentado mucho tiempo / que las tripas, dicen, se apretujan / se rebelan, se mueven y se empujan / y forman con los gases un tormento".