Agustín Buades | Viernes 06 de febrero de 2015
Acabo de leer el Pacte per l’ educació de les Illes Balears impulsado por una plataforma que se llama Illes per un pacte.
La verdad es que de las 48 páginas que contiene hay muchas o muchísimas cosas que me gustan. Las que más las referentes a las familias, su importante papel en la educación y su problema en la conciliación con trabajo profesional. La autonomía de los centros, la formación del profesorado y la adaptación de la escuela al entorno son datos muy positivos.
Pero irremediablemente se llega a la lengua. Tema manido y politizado como nunca en nuestras islas. El catalán como no normalizado, el 50% como mínimo en catalán y por lo tanto el castellano y el inglés tendrán que compartir el otro 50%. Es una opción. Pero yo apostaría por la libertad de los padres a elegir que iría de acorde con la autonomía de los centros que predica dicho documento.
Pero esto no es lo más importante. Si se pretende hacer un pacto para un tema tan importante que sirva para estabilizar la enseñanza en nuestra comunidad autónoma, no se puede excluir a priori las opiniones contrarias ya que si así se realiza se desprestigia el mismo documento.
Pues así ha sido y se han excluido asociaciones de otras opiniones, que por la razón de opinar distinto ni han sido convocadas. Lo cual han dejado de enriquecer un documento muy positivo pero por esa misma razón ha quedado desacreditado.
La historia no acaba aquí. Esta semana se ha desmarcado una plataforma, la de los verdes, que no aceptan que en las 48 páginas no lleven su impronta y una parte de los profesores, verdes también, han puesto condiciones para seguir, vía enmiendas.
O sea , un auténtico fracaso que sólo se puede entender por intentar vender algo que no es. Un pacto es un pacto si están todos, los de un lado y otro, y si llegan a unos mínimos para que los futuros gobiernos no jueguen con nuestros hijos según el color político.
Qué pena, se ha perdido una nueva ocasión para despolitizar la educación. Todo por hacer un pacto sin pacto. Deficiencia democrática.
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