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El Parlament ha aprobado recientemente la Ley Agraria balear, fruto del consenso del sector. Este texto ha unido, en un hecho sin precedentes, a las siempre enfrentadas organizaciones ASAJA y Unió de Pagesos. Habrá unas nuevas reglas del juego y más posibilidades para hacer rentables las explotaciones agrarias del archipiélago. El presidente de ASAJA ha participado activamente en el articulado y valora en mallorcadiario.com las ventajas de la nueva ley.El sector lleva décadas esperando un texto como este. ASAJA y Unió de Pagesos lo apoyan totalmente. Sin embargo, los partidos de la oposición le intentaron poner trabas. ¿Cómo se explica esto?No se entiende. No se entiende porque juegan antes los intereses políticos y de desgaste que realmente los intereses agrarios. Es difícil ponerse enfrente de una ley que está totalmente apoyada por todo el sector. Este sector jamás ha estado unido y alrededor de esta ley el sector está tremendamente unido. Hemos dado un ejemplo, en este país, en este momento, de necesidades de consenso. El sector primario ha dado un ejemplo de que hemos sido capaces de sentarnos en mesas, consensuar y sacar una ley agraria. Piense que si la ley es del sector, venga quien venga, gobierne quien gobierne, va a tener problemas para cambiarla.
La foto de ASAJA y Unió de Pagesos pasó desapercibida pero tiene su importancia....Esta foto no había existido nunca. Es la primera vez en la historia. Es una foto potentísima. Además, presidente del Govern y conseller de Agricultura hinchaban pecho. Esta ha sido nuestra legislatura, Ley agraria y pago de todas las deudas con el sector. Mateu Morro y Tomàs Cortes, ambos históricamente enfrentados, y estamos juntos en la foto de la Ley Agraria.
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Una de las novedades que trae esta ley es la posibilidad de que el productor haga venta directa de sus productos al consumidor en su propia explotación. ¿Estos productos agrícolas serán más baratos?Teóricamente tiene que ser más barato. Si lo acabará siendo o no dependerá muchísimo de que las grandes superficies tengan que poner sus precios al nivel del que ponga el agricultor en su casa. De aquí los nervios que han tenido otras organizaciones de comercio. Piense que si se igualan los precios y las superficies tienen que bajar los suyos realmente irá en beneficio de la agricultura y de toda la sociedad. De salida, va a ser más barato.
¿Quien va a vigilar la calidad y a controlar sanitariamente estos productos?Hay unos mecanismos en la administración que impiden que la gente venda por su cuenta sin ser controlado. Somos los primeros que esto se controle totalmente. Y tampoco queremos que entren extraños a vender donde no toca. tienen que ser productos producidos en la propia explotación. Hay explotaciones con difícil accesibilidad y para ellos la Ley Agraria permite que algunos se agrupen para vender sus productos en un solo punto.
Cuénteme quién irá a comprar en esta nueva modalidad de venta.Nadie de Palma se irá a Artá a comprar una docena de huevos. Pero el asunto hace atractivo el campo, dinamiza el campo, y aquel cicloturista, aquel excursionista, aquel senderista que pasa por aquella finca y ve aquellos tomates madurados en la propia explotación, tendrá ganas de llevarse un "kilito" de tomates. Lo hacemos cuando vamos por Europa y nos traemos chocolate o queso.
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Hay quien teme que, entre esto y la posibilidad de abrir un agroturismo en la finca de explotación, se produzca una invasión de ladrillo en el campo, hasta ahora muy preservado. ¿Será así?Yo dudo que pueda suceder. Es muy fácil hablar sentado desde un despacho sin haber pisado el campo. Llevo muchos años viendo abandono del campo, ruina y peligro de incendios. Hay gente que no puede mantener su patrimonio en el campo. La Ley Agraria no da dinero a nadie, pone herramientas en manos de los agricultores para que puedan mantener su actividad preferentemente y además tener cambios de uso.
¿Pero habrá un boom, o no?Piense que en Europa y en el Mundo hay todo un turismo cultura que ya no quiere según qué modelos turísticos. Es un turismo que quiere descansar en el campo, irse de excursión en bicicleta, quiere hacer senderismo, o quiere comer un pamboli debajo de una higuera. Todo esto será una opción dentro de un conjunto.
Esta nueva ley, ¿En qué convertirá al payés de las islas?Nuestro payés no es un ciudadano de tercera como está visto por muchísima gente. Yo quiero reivindicar que un payés del siglo XXI también tiene derecho a tener una barca, salir a navegar, jugar a polo, jugar a golf o un hombre preparado culturalmente. El payés es un miembro más de la sociedad. Hay que subir el prestigio del payés. Mientras el hombre tenga la mala costumbre de comer tres veces al día estará en contacto con el sector primario. Un hotel hoy en día ya está lleno de actividades complementarias cuando no empezaron así. Nosotros no queremos este modelo, queremos un campo cuidado, que trabaje por el paisaje y dinamizado para que la agricultura y la ganadería puedan ser rentables.
El mundo del vino, las bodegas, ¿Son el ejemplo de lo que se pretende con el resto de la agricultura y ganadería?Es un ejemplo que además está a la vista. Juegan a la venta directa, a realizar unas calidades que puedan intervenir en todo tipo de mercados, etc. Sin embargo, ese mundo es un mundo que se ha jugado fuertes inversiones.
Y en la Ley Agraria aparece también el caballo como gran figura a desarrollar económicamente.Ese es un mundo muy importante a potenciar en esta isla. Nosotros una isla extraordinaria para yeguas de cría, para entrenos de jokeys, para tecnologías de inseminación, etc. Piense además que una vaquería, por ejemplo, obliga a ordeñar dos veces al día, domingos, en navidad, enfermo, y en todas las circunstancias. El caballo es otro mundo, es más simple. A nivel europeo hay esta demanda, la de tener aquí caballos en descanso, yeguas de cría, y vamos a estudiarlo. Luego está el polo, entrenos, preparación y demás. No abierto al público.
Falta conocer el desarrollo del reglamento. ¿Cree que estará listo antes del final de esta legislatura, en mayo?No lo sé. Ojalá, pero no lo creo. Lo que sí pedimos es que el reglamento siga el espíritu de la ley.