Morir sin ver el fútbol

Una panda de delincuentes que usa el fútbol como pretexto se citó ayer domingo en Madrid para apalearse. Uno de ellos perdió la vida, sin calcular que cuando uno va a la guerra puede que no vuelva.

El deporte no debe perder ni un segundo en analizar porqué se producen este tipo de situaciones, porque las organizaciones que se esconden detrás de los aficionados ultras nada tienen que ver con el fútbol.

Otra cosa es que muchos de estos grupos estén apadrinados por los clubes –cada vez menos, afortunadamente- y que sea el Ministerior del Interior el que deba asumir que esto no puede volver a producirse.

Lamentablemente, la jornada, nuestra Liga y nuestro país quedan manchados, pero que nadie olvide que esto no tiene nada que ver con ese deporte en el que juegan once contra once.