Miércoles 19 de noviembre de 2014
José Ramón Bauzá está dando una gran lección de firmeza ante las presiones que está recibiendo de Madrid en torno a las prospecciones petrolíferas. Sabe que está en juego el prestigio turístico del Archipiélago y no quiere ceder. Las instalación de torres de extracción y las más que posibles fugas serían un desastre para la principal industria del Archipiélago. Así se lo ha dicho a la cara Bauzá a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría en su reciente visita a Palma.
El president Bauzá tiene en su haber sobrados argumentos para mantener su posición con coraje y convicción. Cuando la cúpula del PP de Madrid exigió austeridad, sacrificios y recortes a todas las autonomías, la balear ha cumplido como nadie. Ahora lidera la recuperación económica en toda España gracias a esta política decidida y valiente, que obviamente llena de orgullo al Gobierno Rajoy.
No todas las comunidades autónomas pueden decir lo mismo, ni mucho menos. En otros lares se han vivido subterfugios de toda casta y condición para recortar el mínimo posible, si es que lo han hecho, con independencia de ideologías y colores políticos.
Por contra, Bauzá ha cumplido teniendo que soportar críticas y protestas y asumiendo un notable sacrificio político e incluso personal. Pero ha cumplido. Y quien cumple tiene derecho a exigir. Y así lo ha hecho ante la vicepresidenta Santamaría. La actitud balear es incontestable: es la más abnegada a la hora de aportar recursos al Estado central vía impuestos a partir de una financiación autonómica injusta y discriminatoria. Madrid no le puede pedir más. Es imposible desde cualquier perspectiva hija del sentido común.
Todo estaba a punto para que se haga público el informe de impacto ambiental realizado por el Gobierno central que desaconseja la realización de prospecciones en el Mar Balear. Pero habrá que esperar a ver que pasa después del gran problema generado en Canarias con el inicio de los sondeos, donde incluso han intervenido los buques y lanchas de la Armada contra los ecologistas.
Es posible que ahora haya preocupación en Madrid por hacer púbico el informe relativo a Balears por la indignación existente en estos momentos en Canarias. Tal vez teman un peligroso sentimiento de discriminación por parte de los canarios. Pero es preciso que el Gobierno Rajoy aclare la situación desde un punto de vista técnico: el Mediterráneo es un mar cerrado en el que una fuga de crudo podría producir una catástrofe ecológica, mientras que el Atlántico es un océano abierto y lleno de corrientes. Además, Marruecos ha iniciado prospecciones muy cerca de las españolas. Es una situación muy distinta. A su vez, todo indica que en el Mar Balear hay poco petróleo, con lo cual podría ser incluso un negocio ruinoso para las compañías concesionarias.
Bauzá debe seguir firme, sin dejarse llevar por la posición de compromiso de Madrid por las tensiones generadas en Canarias. Su deber es defender a los baleares ante lo que considera un proyecto peligroso y dañino. Y para conseguirlo tendrá a su lado a toda la ciudadanía, tal vez como nunca.
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