OPINIÓN

Casada y sola en la vida

Jaume Santacana | Martes 14 de octubre de 2014
Andaba un servidor cavilando un interesantísimo artículo sobre el comportamiento sexual de los monos “shanki”, oriundos de las islas Kapingamaranghi cuando, a bote pronto, mi vista se cruza con una noticia –otra gran exclusiva de “mallorcadiario.com”- que me deja turulato y me recuerda que todavía no se ha dicho todo sobre la especie humana.

El titular es breve y escueto: “se casa consigo misma”. Resulta que una joven británica se ha casado con ella; es decir, con ella misma. Tamaña decisión ha contado con el apoyo absoluto de amigos y familiares de la contrayente. Su abuela le espetó a bocajarro: “Oh, Grace” – se denomina Grace Gelder- “tú siempre pensando en cosas nuevas…”. La boda fue oficiada, legalmente, por una persona cuyo enlace matrimonial era el primero que ejercía. La ceremonia de proposición de matrimonio se la peló la susodicha novia, sola, sentada en un banco de un parque. La liturgia contó con todos los elementos de una boda clásica aunque su duración se redujo, naturalmente, a la mitad del tiempo habitualmente establecido; claro.

Vamos a ver, señores: o yo, definitivamente me he agilipollado de tal manera que sufro vergüenza de mí mismo o en el planeta nacen y crecen más chiripitifláuticos de los que en un principio imaginaba. Creo, humildemente, que hay que estar muy pirado (en este caso pirada) para realizar un acto de estas características. Esta tía (a mi edad ya paso olímpicamente de eufemismos) no está bien. Como mínimo debe sufrir alguna cierta alteración en el interior de sus sesos; eso en el caso de que, de pequeña, no se le cayera un bote de pintura amarilla en mitad del cerebelo o la hubieran destetado con ginebra.

Grace –lo ha prometido- tendrá que amarse toda la puta vida (Narciso, Narciso…) y se verá obligada a cuidarse –en lo bueno y en lo malo-  hasta que la muerte la separe como una ameba. Se comentará, ella misma, las últimas noticias y se verá obligada a tirarse los trastos a la cabeza, de vez en cuando, cuando se cabree; más tarde, al cabo de unos días, se hará las paces y el sábado por la noche se tendrá que disculpar por tener dolor de cabeza…; y se lo pasará en grande montándose unos adulterios de órdago con algún amigo de sus amigos o con su propio jefe. Con el tema ese de la procreación ningún problema: ahí está el laboratorio.

Grace ha entrado en el libro Guinness en el apartado de majaretas universales, que no es moco de pavo. ¿Se pondrá de moda un tal dislate?

Claro que si las cosas no le van del todo bien, para eso sirve el divorcio.

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