Miguel Lázaro | Martes 16 de septiembre de 2014
El alcohol es un gran depredador: algunos psiquiatras lo llaman “el gran disolvente universal “, ya que cual tsunami arrasa con todo: disuelve la familia, la salud mental y fisica, el patrimonio financiero, las amistades y al final acorta nuestra vida. Es la drogodependencia mas frecuente en nuestro medio. Es una patología en la que se da el “fenómeno iceberg”, la parte de enfermos diagnosticados es muy pequeña con respecto a la gran cantidad de enfermos no diagnosticados u “ocultos”. La enfermedad es muy estigmatizante: “es un borracho”, “no tiene voluntad “,“es un perdido”. Las etiquetas están cargadas de toneladas de culpa. Estos últimos días hemos visto las declaraciones de Depardieu : “ me bebo 14 botellas de vino y no soy alcohólico “ “ bebo cuando estoy aburrido”. Es evidente que el actor frances niega su dependencia al alcohol y la justifica. Estos mecanismos están presentes en muchos enfermos alcohólicos en los cuales no hay conciencia de estar enfermos, por lo que no buscan ayuda. Muchos dicen “cuando quiera puedo pararlo” o bien minimizan o relativizan su ingesta alcohólica. En muchos pacientes sobre todo varones la depresión es la temible compañera de viaje. En muchas mujeres la ingesta de alcohol es una forma de automedicarse la depresión y la ansiedad. El binomio depresión y alcohol es un cóctel muy peligroso ya que aumenta el riesgo de suicidio. Por otra parte hay un fenómeno cada vez mas extendido: el auge del consumo de bebidas alcoholicas entre los adolescentes y cada ves mas jóvenes. Lo cual entraña muchos peligros en la de ya de por si complicada adolescencia. La adolescencia es una emboscada donde no faltan francotiradores Una conducta de riesgo puede hacer estragos en el futuro de un adolescente a gran velocidad, dependiendo de la edad y el nivel de desarrollo del adolecente y también se sabe que cuando un adolescente es participe de una conducta de alto riesgo, es muy probable que también se esten dando otras conductas de riesgo. En la adolescencia hay un intensivo” podaje” neuronal, que determina que el adolescente tenga comportamientos y cambios de una “lógica” particular, que tanto nos estresan a los padres y donde el efecto Asch (miedo al rechazo y mucha debilidad ante la presión grupal),es muy intenso , y donde la búsqueda del “calor del establo” es una gran necesidad .Las apuestas por lo primitivo y lo inmediato, típicas de esta sociedad posmoderna, pero hipertrofiadas en la vulnerable adolescencia ,son llamativas a corto plazo pero solo son humo. En esta búsqueda de la entactogenesis(el abrazo, el sentirse mejor con los otros,,el buen rollo, lo colectivo sobre lo individual), muchos adolescentes aficionados al alcohol, éxtasis y otras drogas, ignoran que inician una excursión, desgraciadamente y con frecuencia sin retorno.
La familia, el ámbito comunitario (escuela y amigos) son clave en la protección y promoción contra el abuso de sustancias. El alcoholismo es una grave enfermedad cerebral, personal, familiar y social. Los pacientes y sus familias merecen todo el respeto y apoyo. Nunca hay que olvidar que son muy frecuentes las recaídas. Hace poco que ya tenemos un nuevo fármaco para tratar a estos pacientes. Ah y no olviden nadie es culpable de estar enfermo, aunque sea corresponsable en su tratamiento.
Noticias relacionadas