OPINIÓN

El poli malo

Francesca Jaume | Martes 09 de septiembre de 2014

Quis custodiet ipsos custodes?


(¿quien vigila al vigilante?)


No lo digo yo, lo dijo el poeta satírico romano Juvenal.

Hoy me gustaría empezar mi humilde artículo de opinión con una pregunta: ¿La detención del jefe de la Policía Local de Calvià os ha escandalizado?

En parte espero que sí, y en parte espero que no. Me explico.

Espero que sí haya escandalizado porque ello significaría que los ciudadanos, imbuidos en un clima de escepticismo hacia casi todas las instituciones, al menos confiamos en la acción de los cuerpos de seguridad (Ejército, Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local).

Significaría que nos sentimos protegidos por quien tiene el deber de protegernos de los delincuentes y criminales.

Significaría que confiamos en que las personas que pertenecen a estos cuerpos utilizan su puesto -de especial significancia dentro de los pilares del estado- para ejercer como les corresponde y no en beneficio propio y vulnerando la Ley.

Significaría que los mecanismos de control interno y de depuración de responsabilidades funcionan.

Significaría que no pensamos que la corrupción se ha instalado en quienes tienen que luchar contra ella.

Y espero que no haya escandalizado porque significaría que en la línea de muchos casos judiciales mediáticos que hemos observado, la presunción de inocencia social habría quedado malparada. La alarma social suele ser mal compañera de los procesos judiciales.

Significaría que sólo satisfaría la condena de los policías encausados.

Decidme ustedes, ¿Les ha sorprendido?

Corolario: ¡Si no podemos confiar ni en la Policía, apaga y vámonos!


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