Los judíos son los culpables

En ocasiones no es fácil distinguir la prudencia de la cobardía. Esta tardía opinión respecto del conflicto entre Israel y Hamás es un ejemplo de ello. Posibelmente hasta hoy haya pretendido disfrazar de prudencia la cobardía de mostrarme pro sionista en un entorno dónde lo "in" y "progre" es enarbolar la bandera de Gaza. Este, a mi entender, es el primer error. Los 50 días de conflicto han enfrentado a Israel con Hamás, no con Gaza. Cierto es que, desde la comodidad de nuestras plácidas vidas occidentales, cualquier posicionamiento viene sesgado.

En primer lugar, el antisemitismo corre por el torrente cultural europeo desde hace siglos, como para no influir en la opinión pública. Esto provoca tanto automatismos contrarios a todo lo que huela a Israel como, tal es mi caso, una simpatía espontánea hacia el pueblo hebreo. Para formarse una correcta opinión, tan malo es lo uno como lo otro. Así pues, vaya por delante la conciencia de estar errando en favor de Israel.

En segundo lugar, la información disponible ni es toda ni está limpia. Medio milenio antes de nuestra era ya dijo Esquilo que "la verdad es la primera víctima de la guerra". Tomemos conciencia de ello para intentar racionalizar posicinamientos. El único producto que destila una guerra es el sufrimiento de todos los bandos en conflicto e, incluso, de alguno que pasaba por ahí. Es lo que eufemísticamente se ha venido denominando "daños colaterales".

La sensación que uno tiene es que Israel se ha defendido, con una pequeña parte de su capacidad bélica, de los ataques que venía sufriendo, por parte de todo el potencial dañino de Hamás. Es una conclusión muy simple, soy consciente. Los equilibrios geopolíticos de la zona son complejos. Israel ha comedido errores, faltaría más. Pero no se puede, como siempre, responsabilizar de todos los males únicamente a los judíos.