Martes 19 de agosto de 2014
La aprobación provisional por parte del Consorcio de la Platja de Palma de su Plan de Reforma Integral, que supone una inversión de 104 millones públicos y otros 365 privados constituye un paso de gran importancia de cara a la transformación de esta zona madura, necesitada de grandes mejoras para poder potenciar su competitividad.
Hace casi veinte años que se habla de emprender grandes mejoras en la Platja de Palma. Su consorcio lleva mucho tiempo trabajando, pero los resultados prácticos hasta ahora han sido escasos. Por dos motivos. El primero es que no se puede fiar un objetivo de esta magnitud solamente a las inversiones públicas. Intentos anteriores formalmente muy ambiciosos pero en realidad utópicos toparon con mucha resistencia. A menudo la dura realidad se impuso a los anhelos. Ahora se trabaja desde el pragmatismo, con una inversión pública moderada y una gran confianza en el sector privado. Eso significa una clara apuesta por la oferta de cuatro y cinco estrellas que es la que de verdad dotará de categoría a la zona y podrá aspirar a un salto cualitativo en la recepción de clientes.
También es este realismo el que de verdad permitirá la transformación de la zona. La hora de las macroinversiones públicas ha pasado. Las instituciones implicadas están dispuestas a asumir una apueusta superior a los cien millones en diferentes etapas. Es mucho, per factible. La parte del león corresponde a las empresas privadas, que fundamentalmente se mueven por criterios de rentabilidad. Es esta apuesta pragmática la que permitirá avanzar en la potenciación de la zona.
Aún falta un trámite importante. El Consell de Mallorca debe dar su visto bueno. Es posible que aún se produzcan problemas, pero lo seguro es que esta vez va muy en serio.
La actual crisis económica que ya se está superando ha demostrado que el turismo es el factor básico de la recuperación. Por tanto, no hay que escatimar esfuerzos para conseguir un mayor fortalecimiento del sector. Y esta zona es esencial por la impresionante cantidad de clientes que atrae y porque, guste o no como se encuentra en la actualidad, es clave para mantener sólida la estructura económica de Mallorca.
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