EDITORIAL

Mateu Isern es un buen alcalde

Sábado 16 de agosto de 2014
Con más de tres años al frente de Cort, Mateu Isern está dejando de cara a los ciudadanos la impronta de ser un buen alcalde de Palma. Ha conseguido un grado de aceptación notable por su carácter dialogante, por su estilo de buen gestor, por su simpatía y por su capacidad de empatía hacia los que no piensan como él. Sabe estar en su puesto. Donde el va, todo el mundo identifica con agrado o con respeto a la primera vara de la capital de las Balears.

Pero la política democrática, basada en los partidos, igual que la Luna, tiene dos caras. Es sobradamente conocido, y mallorcadiario.com ha informado de ello puntualmente, que Isern arrastra problemas serios puertas adentro del PP, tanto en Palma como en la cúpula balear. Los ciudadanos sólo ven la faz luminosa de sus principales representantes. Los valoran por sus actos, realizaciones, personalidad y declaraciones públicas. Pero ya les es más difícil descubrir los entresijos de la zona oscura, de las reuniones internas, de las discrepancias tácticas, de los juegos de intereses. En este aspecto, Isern no puede desenvolverse con la misma agilidad y frescura de ideas como lo hace ante las cuestiones prácticas de la vida municipal diaria dirigida a mejorar la ciudad. Este es su punto débil.

Isern es un profesional reputado con una sólida experiencia jurídica desarrollada en la empresa privada. También pertenece a una familia importante y de raigambre. Está acostumbrado a asumir metas importantes desde su alturas de miras y su sentido recto de la existencia. Quizás por eso incluso cuando ejerce de político se sitúe por encima del ámbito que le envuelve, plagado de meandros y de vericuetos de compleja comprensión. Isern deja en un segundo o tercer término todo este submundo interno. El alcalde sobrevuela por encima de pequeñeces. Tal vez por eso tenga que sufrir tensiones, tal vez muy serias y también inherentes a todo hombre libre que cree en la libertad.

En todo caso es el alcalde y un activo importante para el PP-Balear, se mire por donde se mire. Y al final lo que cuenta son los votos, las papeletas depositadas un a una por los electores. Y no hay duda de que garantiza muchos sufragios. Cambiarlo o forzar su renuncia podría hacer daño a su partido.

La clave de la popularidad del actual alcalde es su señorío. Tanto es ha así que ha anunciado que si los que tiene detrás no le quieren, no tendrá ningún inconveniente en abandonar e irse a su casa. Tal gesto de dignidad le enaltece. Y el hecho de que no tenga la más mínima voluntad de enrocarse le hace más fuerte y le permite ganar apoyos.

Eso es lo que han de tener en cuenta el PP-Balear y el PP-Palma, que tampoco andan tan sobrados de políticos de talla y grandeza. La  cara oculta de la política no suele valorar demasiado estos atributos. Pero el lado luminoso sí los considera fundamentales. Por eso Isern es tan importante. Fortalece la imagen centrada y moderada de un partido que cosecha muchos más votos en la medida que es capaz de ofrecer sensación de equilibrio,  serenidad y buen hacer.

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