CARTAS AL DIRECTOR

No todo es bonito en la Colonia de Sant Jordi

Viernes 01 de agosto de 2014
Si ustedes conocen este bello paraje del sur de Mallorca, no es necesario ensalzar sus bonitas playas, su ambiente bucólico, que engancha al visitante, además de un sinnúmero de adjetivos que realzan su entorno.

No obstante si se sienten atraídos por ello y deciden alquilar y no les digo adquirir un apartamento para pasar sus vacaciones estivales o retirarse a vivir todo el año en dicho lugar ¡ Ay mucho cuidado!  pues existe su lado malo, les explico. Sí que es cierto que hay una primera línea de mar muy bien cuidada y dónde el consistorio se preocupa de tenerlo en óptimas condiciones, además de ser muy servicial con cuantas exigencias les son demandadas por los establecimientos hoteleros y de restauración allí ubicados. Pero agárrense. En la segunda línea, amigo,  esta es otra historia.

Allí campa la anarquía, contenedores de basura mal distribuidos y concentrados estratégicamente, detrás de los mencionados restaurantes y hoteles, a fin de que dichos establecimientos depositen su basura sin que contaminen visual, ruidosa ni olorosamente a sus distinguidos clientes, vertiendo la misma a partir de las 18 horas y teniendo en cuenta que la misma no se recoge hasta las 8 o las 9 horas del día siguiente, lo que hace verdaderamente inhabitable dicha zona. En algún tramo se concentran hasta 14 contenedores en un espacio de 20 metros..

Por si esto fuera poco y en el mismo lugar habilitan un carga y descarga y también una parada de bus, y  no se equivocan, lo han adivinado,  para dar un buen servicio a los tan bien tratados establecimientos de restauración y hostelería.

Vayan e intenten razonar con los miembros de la corporación que rige y dicta las normas de buena convivencia en dicha zona, perderán el tiempo. Allí se está por lo que dicta el más poderoso, los demás somos ciudadanos de segunda categoría, a pesar de que nosotros acudimos a sus restaurantes, a sus supermercados, a sus bares, pero no importa no se nos tiene en cuenta, seamos o no residentes.

Por ello señores míos mucho ojo si deciden ir a vivir a dicho lugar, pues más de uno saldrá escaldado.

José Mª Bestard Quetglas

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