POLÍTICA

Company: "Quienes digan que la ley agraria es urbanita son ignorantes"

El conseller de Agricultura, ataca la "burrocracia"

Joan riera | Domingo 20 de julio de 2014
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Biel Company (Sant Joan, 1963), conseller de Agricultura, Medi Ambient y Territori, está convencido de que la ley agraria que ha puesto en marcha y que ahora está en fase de alegaciones constituirá un excelente acicate para el sector primario balear. Niega que la nueva norma permita abrir supermercados en las fincas y que venga una época de permisividad para construir en rústico. Afirma que lo importante es crear las condiciones para que el sector se desarrolle por sí mismo.

-¿Cómo valora el proyecto de ley agraria ahora que ya se encuentra en fase de alegaciones?

-La valoro bien. Es un borrador potente, muy bueno y completo desde el punto de vista técnico. Ha habido aportaciones muy importantes  que han mejorado mucho el borrador que sacamos a exposición. Está claro que es una norma que acude en defensa del sector. Se ha querido dar una visión urbanita o urbanística de nuestro rústico que ha hecho mucho daño al sector. Pero lo importante es el análisis técnico del sector: sanidad vegetal, sanidad animal, como se han de explotar los productos, como tiene que hacerse la gestión forestal de las fincas...todo eso necesita infraestructuras.

-El objetivo es salvar el sector agrario, ¿cree que lo conseguirán?

-Buscamos claramente garantizar la supervivencia del sector. Las normativas que ponen muchas trabas y problemas invitan a la gente a huir porque no ven rentabilidad económica. No se puede poner en marcha una ley que no deja a la gentes ni moverse.

-¿Pero de verdad tiene futuro el sector agrario en Balears?

-Sí, lo tiene. Lo que no tiene futuro es hacer agricultura del siglo XIX. Tenemos en la actualidad empresas agrarias que no sólo se están defendiendo, sino que son punteras dentro de la Unión Europea.Hay una parte de los consumidores que aún busca aquel lado romántico y antiguo de la agricutura. Pero eso es un dos o un tres por ciento. Se puede hacer un producto muy específico y concreto, por ejemplo pimientos con el arado antiguo. Pero al final para salvar al sector hay que tener criterios de rentabilidad que miren al conjunto de los consumidores, al mercado y a la oferta y la demanda. Pero si no ponemos unas líneas claras de actuación, será difícil conseguirlo.

-La realidad es que el PIB que genera el sector es muy pequeño...

-Sí, es el uno y pico por ciento. Pero no olvidemos que en los países desarrollados del planeta,  la agricultura les representa un 1,5 por ciento del PIB o menos. Cuando el PIB de la agricultura es elevado, estamos hablando de países en vías de desarrollo.

-Los críticos a su ley dicen que permitirá la apertura de supermercados en las fincas y que habrá mucha tolerancia urbanística, especialmente para los agricultores jóvenes. ¿Qué tiene que decir?

-Todo eso es falso. El que diga eso es un ignorante o lo dice de mala fe. Es un ignorante con relación a lo que dice la ley. Muchos hablan, pero de todos estos me gustaría saber quien se la ha leído La nueva norma no permite hacer nada que no se pudiera hacer a día de hoy o que se esté haciendo desde hace diez años. Lo que sí permite es hacerlo más rápidamente. Por ejemplo: una tahona o una bodega. En estos momentos la hacen pasar por un rasero donde la tramitación administrativa dura dos años y medio o tres. Eso es burocracia con dos erres: burrocracia, de burro. Nosotros queremos acelerar y agilizar los procesos. Hacemos una ley que defiende a aquel que cultiva fincas de verdad, aquel que vive de la payesía. No es una ley para urbanitas o urbanistas, sino para los que invierten en el sector y le dedican lo mejor de su vida.

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-¿Y los supermercados?

-Se lo he dicho claro a los partidos de la oposición. No queremos supermercados fuera de los núcleos urbanos. No queremos restaurantes en fora vila. Así de claro y contundente se lo he explicado. Lo que sí quiero es que los payeses puedan vender sus producciones directamente...

-Eso siempre ha sido legal, siempre que sea exclusivamente lo que produce la explotación...

-Sí, pero necesita perfilarse. Pero una cosa son las grandes fincas y otra las pequeñas parcelas, que son lo que tienen la mayoría de payeses, dos o tres cuarteradas. Les hemos de dar salida empresarial también a ellos. Nosotros les decimos: si por tu finca pasa una carreterita, puedes pedir un permiso y poner un puesto de venta. Lo puedes llevar a cabo si eres explotación agraria preferente. Eso quiere decir que el payés, por su declaración de la renta tiene que demostrar que al menos el 50% de sus ingresos vienen de la agricultura. Eso está muy perfilado.  De lo que se quejan las organizaciones agrarias es que determinados partidos políticos no hablan ni de agricultura, ni de ganadería, ni de aprovechamiento forestal. Hablan de urbanismo, y así es imposible entenderse..

-¿Cómo se podrá hacer la venta de productos en rústico?

-Llevamos mucho tiempo escuchando a todo el mundo, incluidos los comerciantes. Nos han llegado a decir que si se ponían tiendas grandes podrían ser como grandes superfícies. Nosotros tampoco queremos eso. Queda claro en la ley que la agrotiendas podrán tener un máximo de 150 metros cuadrados.

-¿Pueden unirse estas agrotiendas?

-Turisticamente quedaría muy bien poner en marcha una red de agrotiendas en régimen de cooperativa. Cada establecimiento podría vender los productos que produzcan los diferentes cooperadores, así la oferta de cada tienda sería más variada, pero exclusivamente centrada en la producción agraria insular. Si cada tienda sólo pudiese vender el producto exclusivo de la finca concreta crearía un problema al consumidor porque tendría que dar muchas vueltas con el coche. Con la fórmula que nosotros aportamos los payeses profesionales, estructurados en cooperativas, podrán vender sus productos con mayor facilidad.

-¿No cree que se molestarán las grandes superficies convencionales, que pagan muchos impuestos?

-No. Hemos hablado con sus representantes desde hace mucho tiempo. Además, hay que tener en cuenta que ellos podrán vender los mismos productos que las agrotiendas sin ningún problema.

-Esta ley agraria ha creado algún malestar en el Consell de Mallorca, que tiene las competencias en disciplina urbanística y que tal vez tema perderlas parcialmente, ¿qué piensa al respecto?

-Estamos aquí para hablar de como resolver los problemas del campo, no de capillitas ni de disensiones entre instituciones. El objetivo de esta ley no va por ahí. La hacemos para evitar problemas, no para crearlos.

 

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