Pablo Torán | Viernes 04 de julio de 2014
En España, país en el que sufrimos a José Mourinho durante 3 años, es ciertamente difícil destacar por unas declaraciones desafortunadas. Los políticos, deportistas, tertulianos o articulistas –no será tan pretencioso de excluirme de ese desafortunado grupo- lo ponen muy difícil.
Si bien, hay algunas personas a las que les gustan los retos y ponen todo de su parte para que sus poco afortunadas declaraciones destaquen sobre el resto.
El dudoso honor del que estoy hablando le ha correspondido esta semana al todavía magistrado de la Audiencia Nacional José Ricardo de Prada, por las declaraciones en las que ha manifestado que las penas impuestas a los etarras son "altas y desproporcionadas", al tiempo que ha señalado que existe "un régimen de cumplimiento de penas totalmente desigual en relación con el resto de presos". Y, ojo, esto lo dice alguien que se dedica a juzgar etarras y que, lo doy por supuesto, habrá podido sentir en primera persona el dolor de los familiares de los asesinados por ese asqueroso terrorismo que, para algún conocido tertuliano-profesor-politólogo-europarlamentario, tiene explicaciones políticas aunque cause mucho dolor.
Justicia no es venganza, dice el Sr. de Prada. Obviedad en la que coincido: Afortunadamente la Ley del Talión no se aplica en nuestra época. Pero, si pretende “tirar” de etimología, yo le diría que la definición de justicia consiste en dar a cada uno lo suyo: a las víctimas y a los verdugos. ¿Qué un etarra pase dos años por asesinato en la cárcel es dar “lo suyo” a su difunta mujer, hijos, amigos o familiares?
En el caso de los crímenes etarras hay dos posiciones: por un lado están las viudas, hijos y padres de alguien al que le han pegado un tiro o ha volado en pedazos. Por otro, está el asesino que en su día decidió coger una pistola o poner una bomba para que un trozo de tierra esté separado de otro. Sé que todo tiene matices, pero la cuestión esencial se reduce a algo muy simple: Uno muere y otro mata.
Para mí, desde luego, el comportamiento del que mata no tiene explicación, ni política ni de ningún tipo.
Yo no tengo ningún problema en reconocer que en este tema no soy neutral, pero es que tampoco lo pretendo. La verdad es que no veo ninguna razón para poner en libertad, por ejemplo, a de Juana Chaos cuando apenas ha cumplido dos años por asesinato. O a Inés del Río. Es decir, por cualquier delito económico te piden más años de los que cumples por esos asesinatos “políticos”.
En todo caso, en relación con la noticia aparecida en El Mundo relativa a que el perenne Pablo Iglesias ha ayudado a una red de apoyo a los presos vascos, me parece gracioso el argumento con el que muchos están defendiéndole, prefiriendo matar al mensajero que confrontar con hechos el contenido de la noticia. Estos últimos días he leído que esta clase de noticias no son sino parte de una estrategia encaminada a descreditar al Sr. Iglesias y perpetuar a los partidos de la Casta, que al parecer liga a ETA cualquier cosa que haga tambalear sus privilegios.
Yo les diría que, en lugar de reducir al absurdo esta clase de noticias, las rebatan con claridad.
Otra cosa, ¿los europarlamentarios que cobran 8.000 euros brutos más dietas también son casta? ¿O depende del partido en el que figuren?