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Los 44 estudiantes acusados de asaltar la Conselleria de Educación el 22 de mayo de 2012 han negado hoy ante la jueza que la protesta fuera violenta y uno de ellos ha relatado que fueron bienvenidos e incluso aplaudidos por los funcionarios que les animaban en sus reivindicaciones.
Hoy ha comenzado el juicio por la ocupación de la Conselleria de Educación, Cultura y Universidades con las declaraciones de los 44 acusados, para 7 de los cuales la Fiscalía pide una condena de un año y medio de prisión por alterar el orden público y lesionar presuntamente a la exjefa de gabinete del conseller. Para los otros 37, el ministerio público pide una pena de seis meses.
Ataviados con las
camisetas verdes de la plataforma reivindicativa Crida -todos ellos menos una chica-, los 44 han declarado hoy como acusados ante la jueza de lo Penal número 1 de Palma,
Concepción Moncada, en una sala atestada donde solo cabían los responsables del juzgado, acusadores, defensores, los encausados, varios policías y una decena de periodistas.
De los 44 acusados, 40 se han limitado a ratificar la declaración que prestaron ante el Juzgado de Instrucción, en la que negaron que la protesta fuera violenta. Solo una chica ha respondido a las preguntas de la Fiscalía y la acusación particular; el resto únicamente ha contestado a su abogado.
El primero de los estudiantes que ha prestado declaración ha recordado que acudieron a la Conselleria para reivindicar derechos como una educación pública, de calidad y universal y a protestar por las limitaciones al catalán y los números clausus en la universidad.
Accedieron al edificio con la voluntad de expresar sus quejas y entregar un manifiesto que habían redactado y decidieron ir más allá del registro para "entregar la reivindicación a la persona responsable".
Ha detallado que a medida que fueron subiendo planta por planta, recibieron el apoyo de los funcionarios y empleados de la Conselleria, no había personal de seguridad y nadie les dijo que no pudieran entrar. "De hecho aplaudieron, nos aconsejaron y animaron a seguir la protesta", ha asegurado.
En la segunda planta les aplaudieron "fuertemente" y al llegar a la cuarta, donde está el despacho del conseller, les recibieron "con cordialidad y normalidad absoluta", ha declarado ante la jueza.
Ha añadido que la protesta fue "pacífica", "tranquila" y con "normalidad absoluta".
Como ejemplo de un ambiente que ha descrito como "animado" y "armonioso", el acusado ha explicado que dos de los estudiantes tocaban un violín y una armónica en la antesala del despacho del conseller, y cuando se produjo un rifirrafe con la exjefa de gabinete se oyó un grito "espontáneo" de "no violencia".
Una de las estudiantes ha detallado que la exjefa de gabinete la agarró fuertemente del brazo y que luego pudo ver cómo la mujer se cayó al suelo. Ha detallado que los propios manifestantes la ayudaron y "se levantó muy rápido".
Otra de las acusadas, que también ha negado que la concentración fuera violenta, se ha desvanecido unos instantes durante la declaración, que ha proseguido sentada. La joven ha recibido un aplauso de sus compañeros acusados, alguno de los cuales ha acusado a la Fiscalía de formular preguntas "agresivas".
Ha declarado que convocaron la protesta por los recortes y la falta de profesores y para pedir una educación de calidad.
A la salida del Juzgado, otra de las acusadas, Silvia Suau, ha subrayado la coherencia de la declaración de todos los encausados: "Como se ha dicho la verdad en todo momento, no ha habido ninguna fisura".
Según ha manifestado a la salida de la primera sesión del juicio, "entrar en un edificio público para protestar por una educación pública de calidad y en catalán no es ningún delito, es un acto de fe y de dignidad".
"El juicio popular lo hemos ganado, ahora nos falta el juicio penal", ha recalcado en medio de los aplausos de sus compañeros ante la puerta de los juzgados.
El juicio proseguirá mañana a partir de las 9.30 horas, con las declaraciones de los testigos.Se prevé que el juicio dure hasta el viernes.