Miércoles 02 de julio de 2014
Desde su puesto de presidente de la Federación Hotelera de Mallorca, que compagina con el de consejero delegado de Iberostar, Aurelio Vázquez está consiguiendo dotar de más ímpetu y valentía a un sector que, consciente de su fuerza económica, no quiere que decisiones políticas cortoplacistas puedan poner en peligro lo que tanto esfuerzo ha costado a sucesivas generaciones que han convertido el turismo en el motor económico fundamental de Balears.
La apuesta de Vázquez para crear un lobby empresarial balear-canario en lo referente a la privatización de AENA y en la oposición a las prospecciones petrolíferas es un acto de coraje fruto de una profunda reflexión destinado a hacer comprender al poder político central, sea el que sea, que no se pueden tomar decisiones ni emprender iniciativas a espaldas de la principal industria de los dos Archipiélagos.
La unión de los empresarios en un logro que cuenta además con un apoyo generalizado entre la población. Constituye un paso extraordinario. Madrid está obligado a comprender que no se pueden tomar decisiones a la ligera de tanta trascendencia en las zona periféricas de España sin tener muy en cuenta a a los representantes de las estructuras productivas de estas zonas, que constituyen una extraordinaria fuente de ingresos para el Estado.
El turismo ha sido la tabla de salvación de España en los años más duros de la crisis. Es injusto que ahora la carga del golpe de imagen y del peligro de contaminación recaiga sobre los que más han hecho para resistir el embate de la depresión económica.
También es injusto que los movimientos tendentes a la privatización parcial de AENA se hagan a espaldas de lo gobiernos balear y canario.Es preciso reaccionar y dejar muy claro al Gobierno central que no se puede jugar con dos destinos turísticos de primer orden, poniendo en peligro su estabilidad, por intereses coyunturales que pueden reportar perjuicios a los territorios afectados.
Vázquez ha comprendido que desde su posición de dirigente empresarial es la hora de jugar fuerte y de dejarse de timideces. Esta actitud también fortalece a los autogobiernos afectados, sobre todo al balear. Es posible que el presidente Bauzá tenga algún problema con el Gobierno central, pero en Madrid han de darse cuenta de que cuando actúa tiene tras de sí el respaldo del tejido empresarial y de la sociedad civil. Ante los ojos de Moncloa eso le hace más fuerte, más presidente.
Con hombres como Vázquez en primera línea, Mallorca se acoraza para hacer valer sus intereses y sedimentar su presente y su futuro.
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