Sábado 21 de junio de 2014
Vienen plenos parlamentarios calientes en la calle Palau Reial. El año pasado el Govern Bauzá pilló de sorpresa a la oposición haciéndoles trabajar en verano. Este año ha sido la izquierda la que ha recogido el guante y ha reclamado plenos extraordinarios de control del Govern en pleno julio. El contraataque del Consolat no se ha hecho esperar. Habrá plenos, efectivamente, En concreto los martes 8 y 22 de julio. Pero no serán de control, sino legislativos. Eso quiere decir que el PP traerá leyes, como la de emergencias, para que sean debatidas y aprobadas. Serán plenos aparentemente muy centrados en nuevas normas.
Pero hay que ser realistas. Falta menos de un año para las próximas autonómicas. Y por muy técnicos y legislativos que sean estos plenos, le resultará del todo imposible al PP evitar que se conviertan en campo abonado para la batalla política. A estas alturas de la legislatura, es inevitable que la pugna se sitúe muy por encima de las florituras tecnicistas.
En todo caso, está claro que el PP ha demostrado capacidad de reacción. Este verano se trabajará de lo lindo en el edificio del antiguo Círculo Mallorquín, donde también funciona una Diputación Permanente una vez que se ha acabado el período de sesiones. De cara a los ciudadanos es un buen ejemplo, verán a sus representantes trabajando cuando al salir estarán a más de treinta grados de temperatura. Es importante que les vean centrados en su tarea en unas fechas en las que antes ya vacacionaban en su mayoría o trabajaban a bastante menos de medio gas.
Este julio caliente va a ser el prólogo de lo que vendrá cuando llegue el otoño: alta tensión, olor a urnas y posicionamientos cada vez más cerrados de cara a la contienda electoral. Se acabaron los bostezos.
Así es la democracia. Así avanzan hacia el futuro las sociedades libres.
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