EDITORIAL

La semana de Felipe VI

Domingo 15 de junio de 2014
Esta semana es histórica para España. Asistiremos a la proclamación del primer Rey del siglo XXI, Felipe VI. Durante todo el siglo XX solamente se produjeron dos hechos similares. En 1902 Alfonso XIII asumió las funciones de jefe del Estado y en 1975 hizo lo propio su nieto Juan Carlos I. Se trata por tanto de un hecho de dimensiones históricas.

A Felipe VI no le aguarda un inicio plácido de su reinado. Su padre ha tenido que abdicar es circunstancias difíciles a causa del deterioro de la imagen de la corona por algunos escándalos, incluido el de su hija Cristina por el asunto Nóos. Pero los problemas de Felipe VI no serán familiares, sino de un calado mucho más hondo y complejo. El empuje soberanista catalán ha provocado una crisis institucional de enormes proporciones en España.

El Gobierno Rajoy ha chocado de frente con la Generalitat. No hay forma de que el centroderecha español se entienda con el centroderecha catalán. La orden de recortes y austeridad lanzada por Rajoy a las autonomías ha sido tomado en Catalunya como un intento de ahogar su identidad.

Los catalanes se han puesto en pie, unidos, a la derecha y a la izquierda del espectro político. Vista la incomprensión manifiesta entre Rajoy y Mas, la única esperanza de poder arbitral es la de Felipe VI, que no tiene potestad ejecutiva pero sí una autoridad incuestionable. Esta capacidad de arbitrar se ha de verificar muy pronto. Esta misma semana. En el discurso de proclamación sin ir más lejos.

Un mensaje inteligente dirigido a los catalanes y tal vez en catalán podría limar parte de las aristas. Falta ver qué hará Felipe VI, pero sin duda es consciente de que no puede esconder la cabeza debajo del ala y pronunciar un discursos inspirado por los principios del partido que gobierna en Madrid. Sería un error. Y lo que es peor en el actual presente: supondría perder una oportunidad única.

El tiempo apremia. Faltan menos de tres meses para el 11 de septiembre, que será el aldabonazo en el Principado para el sprint final hacia la consulta del 9 de noviembre. Solamente mucho tacto y comprensión, sensibilidad y voluntad de negociación durante este verano podrán evitar llegar a situaciones de altísima tensión durante el otoño.

Esta es la semana más importante para Felipe VI, no sólo por su proclamación sino porque ya ha de esbozar las líneas de actuación de lo muchísimo que se espera de él. Y a corto plazo.

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