Joan riera | Miércoles 28 de mayo de 2014
Ahora que tras la dimisión de Rubalcaba el PSOE ha entrado en fase de convulsión interna, Aina Calvo comprueba la inmensidad de su error de haber anunciado con autobombo y ego desatado su candidatura a las primarias del PSIB.
Los que la empujaron a tan tremendo acto de voluntarismo corto de luces deben estar ahora devorándose las uñas. El pasado otoño Calvo se lanzó de cabeza contra un aparato fuerte y bien estructurado. Además, la secretaria general, Francina Armengol, tenia todo el apoyo del por entonces omnímodo Rubalcaba.
En aquel contexto, el tam-tam renovadorista de Calvo se estrelló hace un par de meses contra la dura realidad de las urnas de un proceso interno amplio, abierto y democrático. Sufrió una severa derrota. Armengol le sacó más de mil votos y nueve puntos de ventaja. Calvo recibió una dura lección de lo que supone en política hacerse la revoltosa a destiempo, armarla gorda y dejarse las plumas en el incendio que ella misma creó.
Por contra, si Calvo hubiera esperado, si hubiera exhibido paciencia, la mayor virtud de un político en los duelos internos, ahora, unos días después de la dimisión de Rubalcaba, estaría en condiciones de sacar la cabeza com un amplio apoyo interno y exigir la celebración de un congreso extraordinario del PSIB. Pero Calvo se precipitó y se vistió de bonzo ella solita, se hizo un hara kiri que ha fortalecido a Francina Armengol y la ha dotado de una coraza que la hace intocable en la actual y confusa coyuntura.
Sólo dos dirigentes socialistas, la balear Armengol y el valenciano Ximo Puig llevan colgadas las medallas de haber ganado un proceso interno abierto a todos los simpatizantes que deseasen inscribirse (en Balears fueron legión). Jamás un adversario había fortalecido tanto a otro como el gran favor que le ha hecho Calvo a Armengol. Quería hacerle un ataúd político y le construyó un vistoso palio.
Jamás críticas tan ácidas cristalizaron y se convirtieron en un momumento a la persona que se intentaba derrocar. Calvo disparó con los cartuchos mojados y le hizo un homenaje a su supuesta presa. Su bilis se transformó en incienso. Jamás de los jamases en época democrática la voluntad había pisoteado con tal torpeza al sentido común.
Por contra, si Calvo hubiera permanecido medio año callada (algo utópico conociendo al revoltoso personaje), si hubiera esperado a tener todos condicionantes a su favor, ahora estaría en una posición políticamente inmejorable para mover las piezas a su antojo. Y su voz sería escuchada por todos. Pero le faltó lucidez para aguardar su momento. Ya lo dijo Tzun Tzu: "Lo mejor es vencer sin luchar".
Cabría pedirle un gesto a la quemada Calvo: que despache a los ansiosotes asesores que la lanzaron a la piscina cuando estaba vacía y la dejaron cosida a chichones. Cabría recomendarle que los mande hacia los páramos donde mora la UPyD. Allí si que seguro que se encontrarán en su salsa.
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