OPINIÓN

Reflexionemos

Josep de Luis | Sábado 24 de mayo de 2014
No todas las democracias tienen regulada la llamada jornada de reflexión.  De hecho, hay regímenes peculiares que han conseguido vender la idea que son democracias manteniendo en la jefatura del estado a familias cuya raigambre absolutista se remonta hasta Luis XIV, trufada de alguna restauración en la línea dinástica decicida por un dictador.  En todo caso, sí que nosotros venimos obligados por ley a una jornada de reflexión previa a cada cita electoral. Jornada en la que se nos llama, al menos por un día, a la reflexión política. Uno no puede dejar de pensar que, tal vez, sería socialmente saludable extender este ejercicio reflexivo a todos los días del año.

Como hoy toca, reflexionemos. Pensemos sobre la conveniencia de participar en las elecciones de mañana. La democracia de baja intensidad que se nos aplica permite únicamente la expresión activa de nuestras preferencias a través de las urnas, puesto que de cada vez en mayor grado, se limita otro tipo de participación en la res pública bajo la amenaza de ser acusados de "hacer política" en cuanto exteriorizamos el más mínimo atisbo de opinión sobre los asuntos gubernamentales y, curiosamente, el dedo acusador suele ser el de una persona con cargo político que, según parece, no hace política. A veces, el esperpento llega al extremo de invitarnos a "no politizar el derecho de las personas a votar".

Al ser hoy día de reflexión, dejemos pués de pensar en política y recordando a Tip y Coll sólo anunciaremos que la semana que viene... hablaremos del Gobierno.