Joan riera | Miércoles 14 de mayo de 2014
José María Rodríguez, el todopoderoso presidente del PP Palma, se encuentra en la actualidad, a sus 66 años, en el pináculo de se poder y de su gloria. Ningún político de Balears, por importante que sea, puede presumir de tener a sus órdenes una organización tan sólida, disciplinada y leal como son los rodriguistas. Su líder no tiene cargo público desde que tuvo que dimitir como delegado del Gobierno por su imputación en el caso Over Márqueting. Pero su dedo índice es omnímodo. En la práctica, tiene más poder que Cecilio Metelo, el fundador de la ciudad en el 123 antes de Cristo.
Tiene tanto que será él, tras escuchar a sus leales, quien decidirá quién será el candidato a Cort por el PP después del verano. Dicen que ya tiene la decisión tomada. Su fiel segundo, Alvaro Gijón, no quiere serlo, por lo que gana muchos puntosla candidatura de Sandra Fernández, actual cuota rodriguista en el Govern Bauzá desde su sabrosa cartera de Bienestar Social. No hay que descartar a otros de sus fieles, como el diputado Rogelio Araujo. Pero ahora mismo Sandra es la favorita de José María y de Alvaro. Y punto. Detrás, Rodríguez tiene en formación cerrada a un puñado de miles de incondicionales, estructurados con paciencia a lo largo de lustros de duro trabajo y labia de profeta del Antiguo Testamento, dispuestos a pelear casa por casa para darle al PP, una vez más, la mayoría absoluta en la capital.
Es más, desde que Bauzá llegó al Consolat, ha habido una transformación en el PP de Palma. Esta vez los rodriguistas lucharán por ellos y para ellos . Han visto que ha llegado su oportunidad de no tener que ganar soportando a un número uno impuesto por el presidente regional, como pasó con Catalina Cirer o con Mateu Isern.
Esta vez no. Pondrán a su niña mimada, al reflejo de sus ilusiones. Rodríguez ha finiquitado a Isern, que aceptó ser candidato a Palma sólo si Rodríguez se retiraba y dejaba la presidencia del partido. Bauzá le dijo que estaba de acuerdo y se comprometió a moverse para forzar el relevo. No pudo. Pinchó en hueso. O quien sabe si no quiso. Al final ha sido José María el que ha ganado el pulso, sin paliativos.
Aquí una de dos: o en Palma hay un seísmo político de dimensiones bíblicas, o el relevo de Isern está servido a partir del próximo otoño. No volverá a ser candidato. Ajea jacta est. Es posible que por primera vez Cort pueda tener una alcaldesa que ha respirado rodriguismo desde que tiene uso de razón política, sin compongos ni acuerdos para contentar a todos cediendo el cabeza de cartel. Sandra es la favorita, la Miss Palma de este pleito, y de largo.
El margen de Bauzá es muy pequeño en la capital. No tiene fuerza para enfrentarse a Rodríguez pero sí suficiente cintura para pactar con él. Con Rodríguez al lado, Bauzá es intocable. Lo sabe perfectamente. A cambio, tendrá todo el apoyo del león alicantino para designar a la candidata al Consell y para controlar el cotarro en la Part Forana.
Dentro del PP se comenta que si Maria Salom es llamada a la capital para ostentar un cargo importante, Bauzá mira a Marga Durán o a Núria Riera para ser la sucesora como candidata a la presidencia del Consell. El de Marratxí confía mucho en ambas. Tanto como Rodríguez en Sandra.
El olfato político de Rodríguez es mítico. Llegó a Mallorca en 1972 destinado como empleado de Telefónica. Eran tiempos predemocráticos. Fue con unos amigos al Puerto de Andratx para conocerlo. Y ya pronunció, con una sola mirada de recién llegado a chalets y bloques de pisos, una frase que ha hecho historia. Observó el desbarajuste urbanístico de toda la zona, que ya existía en aquellos tiempos. Y dijo: "Vaya follón aquí armao. Menudo Ayuntamiento".
Cuatro décadas después uno de sus hijos políticos se prepara para ser alcalde de Palma.
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