Más transparencia en el Parlament

El hecho de que el Parlament Balear figure entre los cinco menos transparentes de España según un informe de Transparencia Internacional tendría que hacer comprender al PP, que goza de una acaparadora mayoría absoluta, de hacer todo lo posible para invertir la situación y convertir la institución en una de las más nítidas del Estado. Si se analiza con atención, se verá que las mayorías absolutas no tienen absolutamente nada que perder con este ejercicio de transparencia. Todo lo contrario: salen ganando. El respeto a las minorías es el sello distintivo de las mejores y más maduras sociedades democráticas. Nada iguala esta capacidad de respeto. Y si eso se produce, los más beneficiados son los representantes de la mayoría porque desde un ejercicio de generosidad sedimentan su hegemonía.

La clave de un ejercicio saludable de la soberanía popular es esta generosidad. Las minorías no se sienten menospreciadas y pueden ejercer con dignidad lo que en realidad son: actores importantísimos del ejercicio de las libertades. Y eso descrispa. Y toda acción tolerante de transparencia y permisividad hace más fuerte al sistema y honra a los que gobiernan.

Por contra, la cerrazón, el atacar más de la cuenta a la oposición y el aceptar el constante juego pugilístico manteniendo la acción de gobierno como un proceso blindado parece que otorga réditos al poder cuando en realidad lo debilita.

La tolerancia es el arma por excelencia de los fuertes. Quien ataca de manera desaforada exhibe su debilidad. Quien ofrece transparencia, claridad y humildad controlada, en realidad exhibe su fuerza. Además, quien sale prestigiado es el Parlament y a la postre el autogobierno. Y cuando llega la hora de hacer valer las instituciones propias ante Madrid para conseguir una mejor financiación o cuando hay que presentar batalla para que no vengan al Mar Balear a llevarse los hidrocarburos y dejarnos el chapapote, no hay nada más importante que una Cámara cohesionada y suficientemente bien avenida.

Transparencia es poder democrático sólido y, a la postre, muy rentable.