El viento deja en ridículo a AENA

El cierre temporal del módulo B de Son Sant Joan a causa de los desperfectos causados por el viento en su techado han de llenar de vergüenza a los directivos de AENA en Mallorca. El aeropuerto de Palma es la primera y fundamental fuente de riqueza de la isla. Cualquier disfunción afecta al prestigio de Mallorca y a su fundamental fuente de riqueza: el turismo. Parece mentira que una infraestructura de tamaña importancia pueda sufrir desperfectos importantes a causa del viento hasta provocar su cierre temporal.

Es intolerable. Son Sant Joan tendría que ser un modelo de solidez y de perfecto funcionamiento. Es lo primero y lo último que ven la mayoría de nuestros visitantes. Parece mentira que con el volumen impresionante de ingresos que tiene el aeropuerto se produzcan estos tremendos errores de mantenimiento. Todo material en funcionamiento sufre un deterioro con el paso del tiempo, pero la capacidad de previsión forma parte de los deberes fundamentales de todo aeropuerto. Es sobradamente conocido que muchos aeropuertos españoles son deficitarios. Son Sant Joan, con su gran volumen de ingresos, ayuda, y mucho, a AENA a mantenerlos. Pero no debería ser hasta el punto de que mientras en otros lugares con mucho menos tráfico no tienen problemas, aquí un vendaval provoque un cierre porque el techado no resiste la inclemencia del tiempo. Es intolerable y vergonzoso.

Sería conveniente que los máximos responsables de Aeropuertos Nacionales, dependientes de la Administración Central, dieran todas las explicaciones pertinentes y se comprometiesen a hacer las inversiones pertinentes para que en el futuro no se  repita una vergüenza como ésta. También cabe esperar que las instituciones autonómicas tomen cartas en el asunto. Madrid siempre se ha negado a conceder la cogestión del aeropuerto. Es un gran negocio para ellos. Pero no hasta el punto de que dejen a Mallorca en el patético y frío páramo de la humillación. Pone los pelos de punta que Son Sant Joan pueda llegar a convertirse en un lugar peligroso.