Jueves 20 de febrero de 2014
Cuando se nos acaban los adjetivos (esperpéntica, vergonzosa, lamentable, indigna), empieza el show del humor. Es lo que sucede con la enésima (e insuperable) crisis institucional del Real Mallorca. Las redes sociales mueven con auténtico furor formas humorísticas de describir el nivel de indecencia y falta de respeto al sentimiento mallorquinista que se ha instalado en la planta noble del club casicentenario.
Pero la situación no está para risas. Está para soluciones. El vodevil protagonizado los dos últimos años por los propietarios quizás no haya tenido una influencia directa en el descenso del equipo o en la marcha irregular de esta temporada.
Un simple repaso a la historia del fútbol en España nos dará muchas claves de que esta vez se han traspasado varias líneas que suponen un auténtico peligro para el futuro de la entidad y que, sin duda, van a supone una afectación directa y negativa en el rendimiento de una plantilla a la que se le ha dicho que este entrenador está ahí porque los testarudos, estrategas, rencorosos y egoístas de arriba no se han puesto de acuerdo ni siquiera para encontrarle sustituto. O sea, Oltra es interino con la carta de despido preparada sobre la mesa y a la vista de todos los jugadores.
Del show de esta semana sólo nos han mostrado a dos protagonistas: a Utz Claassen y a Lorenzo Serra Ferrer. Pero, ¿Y los demás?. ¿Dónde están?
Pedro Terrasa calla y otorga. Calla y otorga, ¿qué?. ¿El ridículo?. ¿Que siga Oltra?. ¿Que Toni Prats sea director deportivo?. ¿Que dimita Serra Ferrer?
Y ya roza lo dantesco lo del presidente sin funciones Biel Cerdá. Ni está, ni se le escucha, ni se le espera. Pero, atención, porque en la reunión del Consejo de Administración su voto (5% de acciones) de este jueves puede hacer tambalear este acuerdo de mínimos que no se cree nadie que escenifican hoy Claasen y Serra Ferrer.
Cuidado con los pequeños (accionistas) porque pueden estar moviendo hilos por detrás. Como los "matones".
Es fácilmente deducible que mientras en el Real Mallorca haya pequeños accionistas continuarán las intrigas, todas por detrás y por debajo. Por ellas estamos donde estamos.
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