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Josep Pons (Palma, 1948), ex presidente del Mallorca y actual cónsul general de España en Pekín, habla en una entrevista con
mallorcadiario.com del "calvario" por el que ha pasado estos tres últimos años a raíz de una
demanda por acoso sexual que le interpuso una trabajadora de la Embaja de Austria cuando él era embajador en dicho país. Han pasado ya seis meses desde que
un juez austríaco desestimase la versión de la trabajadora, afiliada a UGT, pero Pons afirma que "aunque ya haya pasado tiempo, ésto te deja una herida que con el tiempo
sigue doliendo".
Así, asegura que de aquel capítulo lo
único positivo que saca es "que tengo unos hijos extraordinarios y una familia estupenda que me ha apoyado en todo momento. Y unos cuantos amigos que cuento con los dedos de una mano". De lo demás, asegura que "todo es muy negativo".
Se reafirma en la convicción plasmada en su carta de despedida como presidente del Mallorca cuando el club le cesór "falta de confianza": que confía en la Justicia y que el tiempo pone a cada uno en su sitio. "Lo malo es que han tenido que pasar tres años para cerrar todo ésto".
Eso sí, asegura que la palabra rencor no está en su diccionario. "Ya está, está terminado ese asunto. UGT intentó un asunto conmigo, les salió mal y ya. Han pagado la indemnización y punto". No obstante, asegura que después de lo que le hicieron a él, no le extraña nada "ningún disparate como el de la querella contra Bauzá".
¿Y lo de justificar facturas pasadas? ¿Tanto UGT como otro sindicato y patronales?Todo aquel que recibe una subvención tiene que justificarla. Llevo 39 años de servicio público y he tenido que justificar hasta el ticket de aparcamiento de un euro.