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La Associació Empresarial d´Automoció i Naútica de Balears (ASEMA) afirma a
mallorcadiario.com que la caída de la actividad de talleres de reparación ha caído un 50 por ciento en los últimos tres años.
"De ahí el número de despidos: nosotros calculamos que ronda el
40 por ciento de la gente empleada antes de 2010", explica
Joan Oliver, presidente de la asociación. No obstante, de esa cifra, Oliver habla de un 25 por ciento que sigue en activo mediante las
operaciones en negro. "Muchos se han ido a hacer la reparación al amigo o familiar y no lo declaran. Pero la cuestión, más allá de la economía, es que ese coche tiene muchas posibilidades de no ser reparado correctamente porque carecen de instrumentos, instalaciones y formación que se presupone de un taller"
Pero además de estas cifras, Oliver apunta a un hecho preocupante. "La gente no tiene dinero y apura hasta el último momento para reparar su coche. Por ello, mostramos nuestra
preocupación del parque móvil que circula actualmente. La seguridad vial está cada vez más en entredicho", agrega.
"No hablamos de un faro medio roto, hablamos de neumáticos destrozados. Aquí me llegan coches que me obligan a decir al cliente
¡Así te vas a matar! Pero la gente necesita el coche para trabajar y en muchos casos, no se puede prescindir del vehículo", explica a este digital Tomeu, propietario de un taller de la Plaça Serralta, en Palma.
"La seguridad es lo principal pero también se desprende otra realidad y es que el
mantenimiento nulo del coche supone que e el día de mañana lo vendas por dos duros. Cero inversión es, a la larga, el entierro total del coche", agrega.