OPINIÓN

La comunidad

Marc González | Jueves 28 de noviembre de 2013
Según nuestro president, gracias a él que es un tío fenómeno, estamos ahora mucho mejor que hace un año. Balears está a la vanguardia de la recuperación y eso se demuestra por el hecho de ser una comunidad en crecimiento económico y no en recesión. Soy consciente que el común de la gente no acaba de creerse nada, así que utilizaremos un símil fácil de entender para explicarlo. Supongamos que usted vive en una finca de ocho pisos y dos locales, en total diez propietarios. El año pasado, como desde el 2008, todos los vecinos tuvieron ingresos -por sus trabajos, sus rentas, sus empresas, etc.- inferiores a los precedentes. En total, en su finca los vecinos ganaron en 2012 pongamos 300.000 euros, de los cuales 200.000 corresponderían a los ocho vecinos de pisos -empleados, obreros y pensionistas- y 100.000 a los dos empresarios. Pues bien, este año, la retribución global de los empleados y obreros habría bajado, porque sus empresas han reducido plantilla o, en el mejor de los casos, les han disminuido la jornada o incluso la nómina para no tener que echarlos. En conjunto, han ganado sólo 180.000 euros. Sin embargo, los dos avispados empresarios de los locales, al hilo de la masiva venida de turistas de esta pasada temporada -la mejor de la historia, según ellos- han ganado un 50% más, con lo que sus resultados han pasado de 100.000 a 150.000 euros. Para el presidente de esta comunidad de propietarios las cosas están mejorando, porque el año 2012 ganaron 300.000 euros y este año han comenzado a crecer y en conjunto la comunidad ha ganado 330.000 euros, esto es, un diez por ciento más. Esta mentira se llama macroeconomía. Obviamente, en Balears son muchos más de dos los empresarios turísticos que han conseguido empezar o continuar ganando dinero -y también algunos los que lo siguen perdiendo-, pero son infinitamente más los trabajadores de todo signo, pensionistas y parados que no sólo no mejoran su situación económica, sino que la empeoran. La movilidad en el sector productivo es hoy negativa: Ni se crean nuevos trabajos, ni se mejoran. Si uno cambia es a peor, es decir, o le reducen la nómina, o su contrato es de menos horas, o pasa a ser parado o, si tiene la edad, pensionista con una futura pensión regresiva, algo único en occidente. Bauzá, por tanto, miente, básicamente porque la calle le queda muy lejos y sólo la pisa rodeado de una compañía de la Guardia Civil. Él prefiere hablar con hoteleros y grandes empresarios, que le cuentan lo contentos que están con la retirada de los impuestos que los amenazaban y, en consecuencia, piensa -qué bien lo hago. Montoro oye el discurso del PP balear, le hace caso y dice que no va a pagar ni un céntimo de las inversiones estatutarias a cargo del estado. -Si estáis tan bien, ¿para qué?, podéis esperar. Mientras, se hace público el dato oficial de que la media de las pensiones en Balears es un 8'5 por ciento inferior a la media estatal. ¿Cómo es posible? ¿No somos los más ricos de España? ¿O será que las rentas del trabajo no crecen en Balears y sí lo hacen las rentas de capital? Por fortuna, las mentiras de los políticos -de todos- son tan precarias como el trabajo, a lo sumo duran cuatro años. Luego, acostumbramos a cambiar de mentiroso.

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