OPINIÓN

Casi Navidad

María Juan | Lunes 25 de noviembre de 2013
Casi es navidad. A unos días del encendido de luces, se acerca la agonía para muchas personas. Está bien la navidad como fiesta religiosa para aquéllos que sí la profesen, pero por lo demás también ha de sufrir recortes. Es una sinrazón de consumismo absurdo, sin más. Papá Noel, Reyes Magos y regalos sin un porqué. Y encima todos somos ateos. Unos descreídos cada año más pobres, más desesperados, celebrando unas fiestas de las que no podremos resarcirnos hasta la primavera. Con suerte. Días y días de aguantar la alegría del absurdo. Por no mencionar la sucesión de comidas y cenas familiares. Díez días de fiestas por qué sí. Una de las cosas más chirriantes de estos días es la solidaridad que nos embarga. A muchos, así de repente. Nunca está de más este sentimiento, y si alguien sale beneficiado, mejor. Este año parece que las previsiones de gasto son menores, ¿también será menor la solidaridad? Supongo que no. Está el solidario silencioso. Ni luz ni taquígrafos, sólo ayuda. El austero, también existe . Recorta en su cotidianidad, mientras algunos, a su alrededor le miran perplejos. Y luego están las señoras de los rastrillos navideños. Cuánta laca para tanta caspa. Hacen una buena obra, no lo dudo. Sonríen para los fotógrafos, muy peinadas y bien vestidas. Desde las páginas de sociedad aplauden su labor, su espíritu caritativo. Caridad y solidaridad, a menudo pueden ser antónimos. Lo que está claro es que algo ha de cambiar. No parecen servir los pilares sobre los que establecemos gobiernos, ni convencen las actuaciones de jueces y fiscales, ni las financiaciones de partidos políticos y sindicatos aguantan escrutinio alguno. Si Solbes fue una esperanza vana y la catástrofe del Prestige unos hilillos, tampoco lo navideño vale ya. Bueno es reflexionar.

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