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O los jueces de las dos secciones penales de la
Audiencia Provincial de Palma han decidido otorgar total impunidad a los principales clanes de narcotraficantes que han hecho de
Son Banya el gran supermercado de la droga que hoy es, o la Guardia Civil, con el amparo de los jueces de instrucción de Palma, se ha dedicado sistemáticamente a hacer escuchas telefónicas ilegales.
La sección primera de la Audiencia ha dictado sentencia en la
‘operación Benazir’ contra el clan del
“Forrito”, que era acusado de vender droga en el poblado chabolista de Son Banya y al que se intervino un kilo de heroína de gran pureza cuando era introducida en la isla.
Una vez más el motivo de la absolución es la ilicitud de los pinchazos telefónicos ordenados por el Juez de Instrucción a petición del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil. A juicio de los magistrados de la Audiencia, la solicitud de la intervención de las comunicaciones telefónicas, basado en las informaciones de un confidente, eran insuficientes para ordenar los pinchazos telefónicos. Además, los jueces consideran que aunque sea difícil vigilar las casas donde presuntamente se vendía la droga, no puede servir como pretexto para ordenar los pinchazos.
Con esta sentencia ya suman tres los varapalos que la Audiencia Provincial ha propinado a las investigaciones del EDOA de la Guardia Civil en su lucha contra el narcotráfico en Son Banya. El primero fue el caso ‘Dragone’ y más recientemente el caso ‘Kabul’, en el que la matriarca de Son Banya, Francisca Cortés Pizarro, fue absuelta junto a la mayoría de acusados, al declararse nulas las intervenciones telefónicas.
Los doce acusados del clan del “Forrito” para los que la Fiscalía solicitaba un total de 107 años de cárcel, han sido absueltos. El malestar entre los jueces de instrucción y los agentes de la Guardia Civil es manifiesto.