OPINIÓN

El milímetro de Bauzá

Joan riera | Miércoles 09 de octubre de 2013
El presidente Bauzá ha repetido en diversas ocasiones que "no se puede ceder ni un milímetro a los nacionalistas" añadiendo que "para mí nacionalistas e independentistas son la misma cosa". Sorprenden estas pontificaciones. Revelan mentalidad estrecha y cerrada. Y son muy peligrosas. Por un lado porque el  PP tal vez tenga que ceder muchos milímetros al Pi si en las elecciones autonómicas del 2015 si pierde la mayoría absoluta y tiene que buscarse un socio de gobierno. En política hay que ir con mucho cuidado a la hora de romper puentes, en este caso para dar gusto a los jefes de Madrid. La mezcolanza que hace Bauzá entre nacionalistas e independentistas mueve a la preocupación. Lo que dice es dudosamente constitucional. Es la Carta Magna, fruto del gran consenso histórico de 1978, la que especifica que diversas nacionalidades conforman la composición de España. Si existen constitucionalmente nacionalidades también es legítima la presencia de partidos que preserven sus valores. Si para Bauzá nacionalismo democrático e independentismo son lo mismo,  resulta evidente que no ha entendido nada del espíritu y la letra de la Transición. Quien menosprecia un valor constitucional cual es el reconocimiento de las nacionalidades acaba por desprender tufillo de extrema derecha, ideología que, efectivamente, fue orillada y parcialmente enterrada durante los años del acuerdo histórico.

Bauzá juega con fuego en sus apuestas ideológicas. Por su edad, es un niño de la transición. Se le nota. Ninguno de los que respiraron y asumieron aquel gran avance social se atrevería a afirmar lo que dice el presidente balear. No ceder ni un centímetro le puede costar el poder al PP Balear ya desde ahora mismo, porque el centro nacionalista y regionalista ya lo está descartando como posible socio mucho antes de que hablen las urnas.

En los asuntos públicos quien genera y esparce desprecio acaba por recoger vendavales de displicencia. Y las elecciones se acercan, implacables. El próximo mayo habrá comicios europeos, que se convertirán en un auténtico test. Y en la primavera del 2015 tendrán  lugar las autonómicas y locales.  Veremos en que quedará entonces la teoría de los centímetros y la humillante mezcolanza de partidos adversarios como si fuesen rebaños a acorralar.

En política, sin finura no hay cordura. Y sin tacto no hay pacto.

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