María Juan | Lunes 23 de septiembre de 2013
Voy a decirles lo qué queremos. Lo escribe la que firma, pero creo que puedo avanzar que me daría su apoyo la gran mayoría silenciosa a la que algunos acuden cuando la necesitan. El resto de los días afortunadamente (para ellos) es muy silenciosa como para acordarse de que existe.
Los ciudadanos queremos trabajo. Un sueldo para mantener a nuestras familias y hogares. Necesitamos que todos los dirigentes, todos, coloquen esta urgencia la primera de la lista.
Necesitamos una sanidad digna, en la que tanto trabajadores como enfermos podamos confiar.
Exigimos para nuestros mayores unas pensiones dignas, y no acabar nuestros días con un pie en la miseria.
Queremos una educación libre, plural y competente. Nuestros hijos tienen derecho a ella. Las leyes de Educación deben ser consensuadas, apoyadas y defendidas por todos, con un objetivo claro: la calidad de la educación y el desarrollo completo de nuestros jóvenes.
Tenemos derecho a sentirnos libres, a que nuestros jóvenes griten sus protestas, a qué los diferentes colectivos salgan a la calle a defender derechos. Con libertad. Y con respeto y civismo.
Queremos alguna cosa más, pero ya vamos escribiendo la carta a los reyes magos.
Ésta es para los políticos, para todos. Porqué su obligación es trabajar juntos para el bien de los ciudadanos, y no para engordar al amigo. Ni para batirse con el contrario. Ni para mandar “por cojones”, y por los mismos deshacer lo mandado cuando el contrario la “lleva”.
Esto no es juego señores, es la vida real y a muchos se nos antoja difícil, dura y triste.
Trabajen en conjunto para nuestro beneficio, para que salgamos adelante, por nuestro futuro. En conjunto, en colaboración, dialogando, consensuando … entienden?
Esto es lo qué queremos. Lo queremos las 50 personas que piden un casal de joves, los centenares que defienden a la Simfònica, los miles que salen a defender hospitales públicos. También la mayoría silenciosa quiere trabajo, educación y sanidad. Y libertad.
Y librarse de políticos de baja moral. Porqué de los honrados, trabajadores y discretos también los hay. De todos los colores.
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