OPINIÓN

Platón conoció el Consolat

Josep de Luis | Viernes 20 de septiembre de 2013
Vaya por delante, a los efectos de facilitar el ataque personal a quienes no van sobrados de luces, una proclama de catalanidad asumiendo íntegramente los versos del poeta algaidí Pere Capellà i Roca.

Todos sufrimos una cierta distorsión perceptiva en función del poso ideológico que tiñe el cristal a través del cual observamos el entorno e interactuamos con la sociedad, pero esto no debe hacernos perder la perspectiva de la realidad compleja que nos rodea.  Al hilo de lo dicho, estos días de “normalidad”, según algunos cargos políticos (con la que está cayendo me parece injusto aludir a “resposables” políticos), a uno le viene a la mente la Alegoría de la caverna de Platón sin poder dejar de poner nombre y apellidos a los encadenados que únicamente ven las sombras proyectadas frente a ellos por la luz de la hoguera radical ultraderechista y españolizadora.  Al igual que en la caverna platoniana, cuando uno de los protagonistas pretenda explicar la realidad proyectada por las sombras, se reirán de él y querrán matarlo, hasta llegar a conseguirlo en cuanto la oportunidad lo permita.  Tampoco resulta difícil nombrar a alguno de los sacrificados por la política gubernamental al intentar explicar la realidad exterior.  El pasado jueves Llorenç Huguet, Rector de la UIB, se apuntó en la lista de sacrificables al ofrecerse como mediador en el monumental conflicto generado por quienes se niegan a girar la cabeza hacia la realidad, y van a pretender acabar con él.  Espero equivocarme.

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